El lunes trascendió que el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, recuperaban terreno y se sumaban a la mesa chica que integran el presidente Mauricio Macri, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Ayer Macri continuó retocando los espacios de decisión del Gobierno de Cambiemos y reconfiguró el espacio de coordinación, que suele mantener más de una reunión semanal.
Esta mesa tendrá ahora mayor participación de los socios de Cambiemos. En esa línea, se destaca el regreso del radical Ernesto Sanz, que se había alejado de la Casa Rosada hace varios meses; y la incorporación del secretario de Fortalecimiento Institucional de la jefatura de Gabinete, Fernando Sánchez, de extrema confianza de la diputada de la Coalición Cívica. A este ámbito ya lo integran el jefe de Gabinete, Marcos Peña y los coordinadores de jefatura, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. Según la agencia Télam, el retorno de Sanz fue gestionado por los gobernadores radicales Alfredo Cornejo (Mendoza) y Gerardo Morales (Jujuy), cada quince días aparecerán en la mesa chica.
La vuelta de Monzó se da tras el anuncio de que el presidente de la Cámara de Diputados no renovaría su cargo en caso de una reelección de Macri. Pero esta decisión implicaba una salida anticipada, por la pérdida de poder que ese anuncio generaba. El regreso del bonaerense a la mesa chica, posterga su partida.
