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El impacto que pueden tener las exigencias del FMI

Los economistas discuten las consecuencias de las posibles exigencias del FMI: ajuste fiscal, apertura importadora, devaluación y, lógicamente, enfriamiento de la actividad

10 mayo de 2018

Por Mariano Cúparo Ortiz 

“Este es el camino que nos va a llevar a un futuro mejor para todos”, dijo ayer, en Mendoza, el presidente Mauricio Macri. Si algo se está discutiendo hoy entre analistas es si, a la luz de la historia conocida, el acuerdo con el FMI llevará a soluciones o a más problemas. El pedido de un crédito standby (ver más en página 2), se sabe, vendrá con algunos condicionamientos que implicarán monitoreos para determinar su cumplimiento: ajuste fiscal, apertura importadora y devaluación. La coincidencia entre analistas parece ser que, para lograr todo eso, se irá, también, a un escenario recesivo.

Incluso entre los más optimistas, que consideran que, si todo sale bien, de la mano del FMI se podrá ordenar la balanza fiscal, cosa que hasta ahora sin apuntalamiento externo rara vez se logró, la opinión reinante es que no hay buenas noticias.

El economista de Econviews, Eric Ritondale, sostuvo en esa línea: “Ir al FMI no es buena noticia. Seguramente es una noticia que ningún Gobierno quiere dar pero, como dijo Lula alguna vez, nadie quiere ir al dentista pero a veces no queda otra. El FMI va a sugerir una política fiscal más dura y una monetaria más blanda. Que haya aceptación de los problemas para desinflar y se relaje la meta. Y que acelere el tema fiscal. Al Congreso le cuesta muchísimo discutir como distribuir costos para recortes fiscales. En ese entorno parece que necesitamos otra vez un supervisor que ayuda a orientar la discusión. En parte porque no somos capaces de darla como sociedad. Tenemos ochenta años de desequilibrios fiscales”.

Enfriar la economía

Pero fuera de eso todos los caminos parecen apuntar hacia una recesión. Por un lado, el FMI exigiría, posiblemente ajuste fiscal. Aunque para Ritondale posiblemente la meta de 2,7% de rojo fiscal sobre el PIB sea suficiente para 2018, seguramente pedirán un poco más de ajuste en el Presupuesto 2019. Para el director del CESO, Andrés Asiain, pedirán ajuste este mismo año y sobre el rojo financiero, es decir, sobre el déficit total, que, lejos de reducirse, está creciendo de la mano de los intereses.

Dijo: “Van a pedir un ajuste fuerte, programado, van a dar un crédito de a tramos, de acuerdo a la evolución de eso. Veo difícil que (Mauricio) Macri logre un consenso político para cumplir esas exigencias estando a un año de las elecciones. La carta de presentación que tenía Macri, que le generó algún apoyo, especialmente en el establishment, era la de que iba a ser una economía ordenada, con mucho apoyo internacional. Y terminar contra las cuerdas porque se te van todos los inversores internacionales, recurriendo al FMI, pactando planes de ajuste. Yo, la verdad, lo veo muy mal”.

La consecuencia del potencial cambio de política económica fue analizada por el economista de la consultora ACM, Guido Lorenzo: “Lo más probable es que tengas recesión”. Y es que, además de ajuste fiscal, otras de las observaciones que hizo el FMI respecto a la economía argentina en su última misión fue que aun está muy cerrada a las importaciones. Sugirió, en ese sentido, que convenía reducir barreras importadoras.

Dos lecturas son posibles ante semejante política: podría agrandar el rojo de cuenta corriente, lo cual agravaría el problema externo, o podría derivar en una caída del PIB que efectivamente achique el rojo comercial. Asiain se inclina por lo primero: “Hay un montón de medidas que el FMI pide que no están relacionadas con solucionar los problemas de fondo. Abrir las importaciones, en una economía que tiene un problema externo, lo único que va a hacer es agravar el déficit de cuenta corriente. Vienen con un decálogo de medidas que no tienen una lógica. No solucionan los problemas”. Lo ocurrido en 2016 parece darle la razón: el PIB cayó y, a la vez, las importaciones crecieron de la mano de una apertura parcial.

Según Lorenzo, en cambio, lo que se daría es una recesión con caída de las importaciones. Pero recesión al fin. Dijo: “Tenés dos efectos: cuando podés importar te pega un salto el tipo de cambio y te reduce el ingreso y ese efecto es mayor que el de sustitución. Terminás consumiendo menos. Importados, nacionales, todo. Así se equipara la cuenta corriente. Vía caída de la actividad. Las importaciones no te aumentan”

Lo fiscal

En la misma dirección iría el ajuste del gasto fiscal: bajaría el nivel de actividad. En eso otra pregunta entra a jugar. Y es que, se sabe, la caída en la actividad tiende a generar más desequilibrio fiscal, por el lado de que la recaudación cae. Según Lorenzo, ante ese resultado, la respuesta será más ajuste fiscal hasta que el desequilibrio desaparezca. “En todo caso te terminás comiendo la cola”, afirmó. Y agregó: “Con menos actividad podés tener un efecto de menos recaudación y entonces más rojo fiscal. Si tenés eso lo que te van a pedir es más ajuste sobre el gasto. Y en eso, mirando los números, son bastante expertos. A ellos no les importa la restricción política. Y a ellos la meta todavía les parece mucho déficit”.

Las inversiones

Tras el anunció de negociación con el FMI, anteayer, el dólar metió un freno pero un rato después la corrida siguió su curso. Ayer el dólar subió 20 centavos. Otra pregunta clave es qué ocurrirá con el carry, en particular, y con la inversión en general a partir del ingreso del FMI en la película.

La potencial recesión no sería un buen indicador en ese sentido. Lo explicó Lorenzo: “La inversión reacciona muy fuerte con el producto. Entonces cuando cae la actividad cae la inversión. Y eso no es bueno. Por más que sea muy compleja la decisión de inversión, si no hay demanda en los mostradores nadie invierte. Igual hay que ver cómo reaccionan. Si lo toman como una medida desesperada o como que tiene espaldas financieras. Respecto a la inversión para el carry trade directamente prefiero que no vengan”. Para Ritondale, en cambio, “los inversores se van por las fragilidades de las economías. y entonces entra la inflación alta y el déficit fiscal”. Y agregó: “El externo tiene una parte importante explicada por el fiscal. Por eso fuimos sobrecastigados”. En ese sentido, para el hombre de Econviews la entrada del FMI sirve como una señal positiva hacia afuera, de mayor solvencia. “Creo que esto es una señal para el mercado. Decirle si vos no estás igual tengo esto así que ahora no te necesito tanto”, explicó.

Señales

No coincidió Asiaín, para el que la señal que da el Gobierno con esta ida al FMI es negativa: “Argentina ya tiene hoy muchas reservas. Esto le agregaría más reservas. Pero la señal es que Argentina se quedó sin crédito voluntario y acudió al crédito institucional. Y eso no es una señal de certidumbre y estabilidad. La señal para los inversores es que hay que terminar de fugarse y el dinero lo pone el FMI. El país queda endeudado por un equivalente a lo que se va a fugar. Pasó así con el blindaje. Incluso si consiguen la plata, el nivel de conflictividad y de confianza que va a haber, en un marco de protestas por políticas de ajuste, va a hacer que la plata se vaya como puerta giratoria por la vía de la fuga”.

Si algo trae consigo la sigla FMI son imágenes a la memoria social. Aún así, para Lorenzo es más sano financiarse así que con las inversiones que venían a jugar con el carry. Pero afirma: “El costo financiero es más bajo pero el costo político de no poder hacer lo que quieras es alto. Si este año por ejemplo no te dan las cuentas y tenés que recortar gasto de capital, no te queda otra que hacerlo. Ahí en lo político estás dando un manotazo de ahogado, porque estás entregando tu capacidad de decidir”. La otra cara de ese mismo punto de vista la dio Ritondale: “No hay que olvidar que necesitamos al FMI por culpa nuestra”.

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