Por Mariano Espina
“Pueden pasar dos cosas. O el Gobierno se sale con la suya y el peronismo continúa fragmentado, o el tiro le sale por la culata y se da la unidad”. El pronóstico es de Gustavo Menéndez, el intendente de Merlo que preside el PJ bonaerense. La oportunidad que nace tras la crisis es el rezo de la dirigencia peronista que perdió el control del partido tras un fallo judicial, que firmó María Servini Cubría para designar a Luis Barrionuevo como interventor.
La estrategia de José Luis Gioja es la de insistir en las apelaciones a la determinación de la magistrada, que está fundamentada en la falta de unidad que reina en el partido opositor. En ese sentido, el sanjuanino busca adhesiones que contradigan la tesis judicial. Hubo varias lecturas, gestiones y mensajes. Por ejemplo, el llamado de Eduardo Duhalde a Daniel Scioli para despegarse de la gestión Barrionuevo.
Sergio Uñac (San Juan) compartió en su cuenta de Twitter un comunicado de los gobernadores peronistas “rechazando toda intromisión en nuestra vida partidaria”. A la misiva no la acompañan firmas, lo que dificulta el rastrillaje sobre quienes son los mandatarios que se oponen a la intervención. Sumado a que ninguno asistió ayer a la reunión del Consejo, pese a que varios forman parte de la conducción partidaria. Solo una excepción, el puntano Alberto Rodríguez Saá.
“O el Gobierno sale con la suya o el tiro le sale por la culata y se da la unidad”, aseguró el intendente Menéndez
Son catorce las provincias administradas por gobernadores afiliados al PJ, algunos más enemistados con la Casa Rosada y otros con fluido diálogo. Del último grupo, han manifestado el rechazo a la intervención Gustavo Bordet (Entre Ríos) y Domingo Peppo (Chaco). No firmó Juan Manuel Urtubey (Salta), pese a que en su entorno sostienen que el mandatario ha dejado en manifiesto la necesidad de apelar la medida. Este diario consultó sin éxito al equipo del cordobés Juan Schiaretti, que no se ha expresado al respecto. Gildo Insfrán (Formosa), Carlos Verna (La Pampa) y el propio Uñac, cuyas posiciones van mutando, fueron de los principales voceros del repudio a la intervención.
Del encuentro “clandestino” que se desarrollo en una oficina que se ubica en la calle Bolívar a pocas cuadras de la Casa de Gobierno, participó el sector más cercano al kirchnerismo, que copó San Luis en aquel evento organizado semanas atrás. El grupo Gualeguaychú, representado en Miguel Angel Pichetto, se refugió en el Congreso, pero se encargó de enviar comunicados (tanto el bloque del Senado como el de los diputados) oponiéndose a la medida judicial e incluso relacionando al Gobierno con este hecho. Este sector sostiene que debe fortalecerse el peronismo, pero sin interferencias judiciales. “El destino del peronismo no se puede dirimir judicialmente”, exigen.
En el mientras tanto, la oposición insistirá en que este hecho fue provocado por el Gobierno, con el fin de fragmentar aún más al peronismo. Sostienen que, sino lo dictó, al menos dejó la luz verde para que esto suceda. El Ejecutivo desconoce estas versiones e incluso ha mantenido encuentros con dirigentes de este sector. Por caso, Marcos Peña, jefe de Gabinete, recibió en su despacho al matancero Fernando Espinoza el último martes. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, fue visitado ayer por el gobernador Peppo.
Ayer por la noche se realizó un homenaje al exintendente de La Matanza, Alberto Balestrini. Participaron el PJ bonaerense, Hugo Moyano, Máximo Kirchner y el renovador Daniel Arroyo, entre otros.
El Congreso convocado para el 18 de mayo, será un hecho clave para palpar el clima en el peronismo. Es un órgano que no puede ser intervenido judicialmente, por lo que funcionará con normalidad. Será presidido por Infrán, y la sede no ha sido aún designada.
