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El salto del dólar

Cada 6 meses de apreciación continuada del peso, el mercado comienza a ponerse sensible y busca una nueva paridad

03 enero de 2018

Por Pablo Mira Economista

Tras un largo período de aletargamiento que duró casi desde mitad de 2017, el dólar volvió a las primeras planas con otro salto de cierta magnitud. Si bien en teoría en un régimen de tipo de cambio libre el valor del dólar “no se puede predecir”, vale la pena examinar lo ocurrido con el precio de la divisa desde que el “cepo” fue eliminado y, presuntamente, el mercado lo determina. El gráfico superior describe la cotización diaria del precio del dólar (promedio de compra y de venta) en pesos entre diciembre de 2015 y la actualidad.

Lo primero que salta a la vista es la aparición de “eventos” disruptivos. En 2016 resaltan la suba brusca de enero y parte de febrero; el salto de mediados de junio y cierta ansiedad cambiaria durante noviembre. En 2017 se produjo una suba pronunciada durante julio, y se ve claramente la depreciación de los últimos días que llevó el cambio a cerca de los $19. Los episodios de apreciación lucen, en cambio, más suavizados y más separados en el tiempo.

La diferencia en la forma de las subas y las bajas es un indicio importante para entender la ansiedad del público cada vez que el tipo de cambio se mueve. Si bien no siempre ocurre, en ocasiones la depreciación puede operar como señal de que la divisa crecerá fuerte en lo inmediato, lo que atrae nuevos compradores. Pero este movimiento, que podríamos caliicar de meramente especulativo, debe tener algún fundamento, y sin él la suba tiende a quedarse “sin nafta”. Esto es lo que da lugar a una apreciación posterior continua y suavizada. Es un poco lo opuesto de lo que suele ocurrir con las burbujas especulativas de los mercados de valores, donde las cotizaciones crecen suavemente durante un tiempo para caer luego por un barranco cuando la burbuja explota.

Es interesante observar, de paso, que los lapsos que transcurren entre eventos (es decir, la duración de los períodos de apreciación), resultan ser relativamente similares entre sí. Tomando los máximos locales de cada episodio, la duración entre ellos fue de 4 meses, 5 meses, 8 meses y 5 meses respectivamente. Hablando mal y pronto, cada 6 meses de apreciación continuada, el mercado comienza a ponerse sensible.

Desde luego, esto no significa que podamos determinar con precisión cada evento futuro de depreciación cambiaria, ya que si pudiéramos hacerlo seguramente los agentes se anticiparían y el propio evento perdería fuerza. Pero no es obvio que los movimientos cambiarios en Argentina sean completamente aleatorios y respondan a una versión local de la llamada “Teoría de los Mercados Eficientes”, según la cual el precio del dólar reflejaría un valor de equilibrio dada la información de oferentes y demandantes.

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