Ni Moscú ni Davos. La gran parada que tiene la primera gira internacional del 2018 de Mauricio Macri es París. Allí, se juega a todo o nada el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur. Una de las grandes apuestas internacionales del Presidente, junto a la conseguir la membresía para la OCDE (organismo que, también, tiene sede en París). Todos los caminos conducen a la Ciudad Luz. Hoy, Mauricio Macri aterriza allí y mañana tendrá su postergada bilateral con Emmanuel Macron en el Palacio del Eliseo.
Macri buscará acercar posiciones con su par galo, que preside un país uno de los países más influyentes de Europa y, además, con una fuerte base de productores rurales acostumbrados a la protección del calor del Estado. Además, hay otros temas espinosos en la agenda, como una histórica deuda de gas (que, supuestamente, Argentina jamás pagó) y una negociación trunca por la compra de unas patrullas francesas por parte de Argentina.
Más allá de la vocación de Macri y varios líderes europeos (entre ellos, nada menos que Angela Merkel, “que está muy a favor”, dijo el Presidente ayer), la posición más combativa es la de Macron y no es una postura a título personal sino, más bien, un emergente de la sociedad, sobre todo del influyente interior francés.
Los expertos sondeados por El Economista son más escépticos con los alcances del mitin. “La UE es un elefante que se mueve muy lento y más aún si la razón es satisfacer a un gobernante latinoamericano”, dijo un diplomático, que pidió off the record.
