400.000 trabajadores se encuentran registrados en el servicio doméstico del país, sobre un total estimado de 1.150.000 empleados en negro, lo que representa cerca del 35% de esos puestos de trabajo. Si bien el porcentaje es bajo, la tasa de formalidad es superior a la media global del personal doméstico, que se ubica en torno al 10%. Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) conocido ayer, el 90% de los trabajadores de casas particulares del mundo están en condiciones de informalidad. Más de 60 M de personas que realizan trabajo doméstico en el mundo, sobre un total de 67 M, están excluidas de cualquier tipo de cobertura de seguridad social y el 80% de ese universo está constituido por mujeres, indica el estudio de la OIT, que, por otra parte, destaca las políticas implementadas por Argentina para favorecer el empleo en blanco del sector. “Nuestro país está a la vanguardia y posicionado en un tercer lugar entre los mejores de América, incluyendo a Canadá y los Estados Unidos”, aseguró el apoderado legal de la Unión del Personal de Casas Particulares (Upacp), Carlos Brassesco, al finalizar ayer al mediodía un encuentro en el Ministerio de Trabajo de la Comisión Nacional de Trabajo de Casas Particulares. En ese encuentro, en el que participaron todos los gremios del sector, se acordó con la subsecretaria de Relaciones Laborales, Silvia Squire, fijar una agenda de trabajo conjunto. Además, se pidió la extensión de la tarjeta SUBE a todo el país para que el personal de casas particulares pueda acceder a la tarifa social.
El apoderado de la Upacp dijo que la formalidad en el sector “está cerca del 35%, superando la media mundial del 10%”. “Además en la Argentina hay un reconocimiento de derechos con una ley (la 26.844) que muy pocos tienen en el mundo, incluso algunas naciones cuentan con el convenio de la OIT receptado pero no lo tienen implementado legalmente como nosotros”, detalló. Brassesco agregó que en el país también disponen de “todo lo relacionado con la cobertura del riesgo de trabajo y un reconocimiento de los sindicatos” y con una escuela de capacitación que “es la número uno en América”.
