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“Las licitaciones ofrecen un incentivo interesante”

Entrevista a Luis Rotaeche, Consultor en energías renovables.

30 mayo de 2016

En la primera semana de licitación para la generación de energía eléctrica térmica a partir de energías renovables, el Ministerio de Energía y Minería recibió 62 ofertas de 30 empresas por un total de 6.611 MW, un resultado más de seis veces superior a los 1.000 MW buscados en la convocatoria, según reveló la cartera que conduce Juan José Aranguren. “El interés demostrado por los oferentes implica un monto de inversión asociado de US$ 5.000 M”, evaluó en un comunicado emitido esta semana.

Según el consultor en energías renovables y medio ambiente Luis Rotaeche, coautor del libro “Hacia un rápido desarrollo de las Energías Renovables” junto a Gerardo Rabinovich, ese dato “es el mejor signo de que hay un gran interés” en estas energías en el país. Además, en diálogo con El Economista, confía en que habrá que esperar “muy poco” para ver los intereses traducirse en hechos concretos. “Entre 500 MW y 1.000 MW están superlistos. Y este tipo de proyectos se construyen en muy poco tiempo”, asegura.

El sector de las energías renovables es uno de los que más está respondiendo en este primer semestre al pedido del Gobierno de que se empiecen a movilizar las inversiones. ¿A qué responde eso?

Coincido en que es así, pero todavía objetivamente no se sabe cuál es la reacción. Es cierto que hay un movimiento impresionante. Pero yo estoy hablando de este tema hace muchos años y la pregunta no es si hay conveniencia sino por qué no se desarrollan. El mundo entero lo ha hecho, pero nosotros no hicimos nada. Esa es la primera razón del atractivo actual. Un mercado virgen como Argentina, de su tamaño y con el recurso enorme que tenemos, es muy fácil para un empresario que se precia de trabajar en energías renovables.

¿Qué cambió para generar este nuevo interés?

Todo. Ha cambiado completamente el marco legal regulatorio, cuando antes no existía uno y hay credibilidad en el país y en el Gobierno. Cuánta hay es algo que vamos a ver en las ofertas. Aunque ahí la cuestión no es la cantidad de ofertas sino el precio. Por otro lado, somos un país que estaba en default y ya no lo está, nos peleábamos con el mundo entero y ya no, éramos un país que era fruto de una asociación ilícita y pasamos a tener gente que a las personas las nombran por lo que saben. Son tantas las cosas que no se las puede reducir a una. Siempre partiendo de que Argentina no hizo nada todavía. Y hay éxitos notables en América Latina, no hace falta ir a Estados Unidos, Europa o China: lo está haciendo Brasil, Uruguay, Chile y Perú.

Más allá de la mayor seguridad jurídica, por ponerle un término, en lo económico, ¿qué incentivos recibió el sector para su desarrollo?

En las energías renovables tenés que poner mucha plata para comenzar un proyecto. Todo el gasto es de inversión, no es como en las fósiles que vos ponés plata en la inversión inicial pero después también tenés que estar poniendo plata todos los años en el combustible, porque acá el combustible te lo da la naturaleza. Pero son proyectos de una larguísima duración. Duran veinte años mínimo. Por lo tanto, el financiamiento y el equity son fundamentales. Y ahí un país en default no tiene posibilidades de hacer nada.

¿Quién va a poner un peso en Argentina cuando está en default?

Eso cambió completamente. A qué costo vamos a conseguir financiamiento y qué van a exigir los propietarios de los proyectos como remuneración a su capital es la gran pregunta, pero evidentemente todo esto está cambiando completamente. Y sin olvidar que todavía estamos muy lejos del investment grade, que tienen Perú o Chile, pero que nosotros todavía estamos lejos. A lo mejor lo vamos a conseguir en dos meses, tres, un año o dos pero, por ahora, no lo tenemos.

¿Cómo evalúa el proceso y la cantidad de ofertas que está recibiendo el Gobierno para generación de energías renovables?

Está mostrando un interés de golpe por el país que no se esperaba. Están pidiendo 1.000 MW y ofrecen 6.000 MW, están mostrando lo que decías al principio, todo el interés que hay. Creo que es el mejor signo de que las renovables tienen un gran interés y eso se va a notar en las ofertas.

¿Las metas que plantea la ley de energías renovables son alcanzables?

No. Me parecen muy difíciles, pero no importa tanto. Creo que se va a tener que ajustar la ley en algún momento, pero es algo que hacen todos los países. Alemania lo hace cada dos años y no hay ningún escándalo. Se van a tener que replantear las metas, pero es un tema menor: lo importante es el sendero.

Las renovables tienen un gran interés y eso se va a notar en las ofertas.

¿Qué hace falta para convertir ese interés en inversiones y hechos palpables y en qué plazo se podrá lograr?

Muy pronto. Hay muchos proyectos muy estudiados en el país. Sé de empresas que han puesto mucha plata para tener proyectos listos. Como decía una de ellas, lo único que se necesita es financiamiento. No quiero exagerar, decir que hay para generar 3.000 MW, pero entre 500 MW y 1.000 MW están superlistos, lo único que tienen que hacer es entrar en la licitación, que sean aprobados, y después este tipo de proyectos se construyen en muy poco tiempo. Los pliegos de licitación ponen un incentivo interesante, que es que pagan más los primeros años. Está muy bien que sea así. Hace falta seguir en esta senda. Argentina tiene mucho para aprender. Son procesos muy complejos, es una cuestión de tiempos. Y el que tiene que aprender es el Estado. ¿Por qué? Porque es el que maneja la política pública para que esto se haga. Son los privados los que lo hacen, pero el Estado lo tiene que manejar muy bien. Tiene que conseguir que baje la tasa de financiamiento (el riesgo país, por ponerlo en esos términos). Y después tiene que mostrar que esto viene en serio, que tiene respuesta para las cuestiones que vayan surgiendo y que hay transparencia.

Más allá de la cuestión macroeconómica, ¿qué medidas focalizadas en el sector debería tomar el Estado y puede contribuir a ese financiamiento de los proyectos?

El Estado como financista tiene poco rol en esto. Han creado el Fondo Fiduciario de Energías Renovables (Foder), pero me parece que el rol del Estado como financista en esto es muy chico. El Estado es muy malo financiando. Todo el mundo cree que la industria bancaria es muy fácil, pero tiene una complejidad tremenda. Tenés que ser muy duro, y cuando quiere cobrar, el Estado no es duro y entonces se cae todo el sistema. El Estado tiene que dar las condiciones para que el sector privado financie. Tiene un papel enorme, pero no como financista. Haber conseguido una contragarantía del Banco Mundial (BM) es extraordinario. Me parece muy importante. Todo el mundo viene y sabe que el BM dice: “Argentina está trabajando en serio y yo me pongo detrás”. Eso es un cambio fundamental.

El Estado tiene que dar las condiciones para que el sector privado financie.

¿Por cuál de las diferentes energías renovables pasa el mayor potencial del país?

Por todas, pero básicamente lo que hoy es comercialmente importante es la eólica, en la cual Argentina es una monstruosa superpotencia. El país tiene una radiación solar impresionante, con zonas como es el NOA y la zona de Cuyo comparables con Arabia Saudita. Después, en biomasa, siendo un país que produce tantos residuos agrícolas, industriales y urbanos, tenemos un potencial incalculable. Después, en las otras, como las energías del mar, todavía comercialmente son mucho menos interesantes. En cambio, las otras ya compiten con las energías fósiles.

¿Son comercialmente interesantes a nivel interno o internacional?

Tanto internacional como interno. El tema es que la tecnología sea accesible. Y no estamos hablando de enviar un satélite al espacio sino de tecnología que es muy accesible y que ha bajado sus costos de una forma impresionante en el mundo y que seguramente vaya a verse lo mismo en Argentina.

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