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El cambio llegó a YPF

El Gobierno propondrá a Miguel Angel Gutiérrez para reemplazar a Miguel Galuccio

11 marzo de 2016

Las idas y vueltas sobre la continuidad o no de Miguel Galuccio como CEO y Presidente de YPF concluyeron, finalmente. El ingeniero entrerriano no seguirá en la petrolera y en su lugar como Presidente será designado Miguel Angel Gutiérrez, ex CEO de Telefónica y director de la petrolera desde el pasado diciembre. En tanto, el lugar de CEO será separado del de Presidente "de acuerdo a lo normado por el artículo 18 del Estatuto de la Sociedad, para asegurar un gobierno corporativo que esté alienado con las mejores prácticas internacionales y las recomendaciones de la OCDE", según comunicó el Ministerio de Energía a través de un comunicado oficial.

El cambio se producirá una vez que la asamblea de accionistas se reúna y le dé su visto bueno al candidato propuesto por el Gobierno, lo que está pautado para el 30 de abril, aunque podría adelantarse a raíz de las novedades.

El derrotero de una relación

La separación del entrerriano acercado en 2012 a la petrolera por el ex gobernador kirchnerista de Entre Ríos, Sergio Urribarri, era casi inevitable. Su relación no es buena con el ministro de Energía Juan José Aranguren, ni con Emilio Apud y Daniel Montamat, los ex secretarios de Energía que asesoran al Gobierno en materia energética y que recientemente fueron designados como directores de YPF.

Las críticas al ex ingeniero de Schlumberger datan de cuando Cristina Fernández era Presidenta y giran principalmente en torno a tres puntos: su excesivo control de poder -concentrando al mismo tiempo los cargos de Presidente y CEO y actuando virtualmente como secretario de Energía durante el kirchnerismo-, su elevado perfil político (vinculado al kirchnerismo), y su afán por beneficiar a YPF a través de su influencia sobre la política energética gubernamental (“corría con el caballo del comisario”, señalaba en agosto pasado uno de los expertos en energía que Mauricio Macri más consulta).

Ya como Presidente, Macri lo rodeó en diciembre de un directorio poco afín al entrerriano, compuesto por el propio Gutiérrez -que ahora lo reemplazará-, los ex secretarios de Energía Apud y Montamat, el ex CEO de Telecom Carlos Felices, y Pepín Rodríguez Simón, abogado y mano derecha de Macri.

Desde entonces, Galuccio intentó un acercamiento a Macri y procuró evitar su desplazamiento dando muestras de su capacidad de atraer inversiones, algo que caracterizó su gestión. En ese marco, alcanzó en enero un acuerdo con American Energy Partners para la exploración y el desarollo de shale gas en Vaca Muerta, con una inversión prevista de más de US$ 500 M en los próximos tres años.

Sin embargo, no hubo margen para que se recompusiera la relación. En los tres meses que lleva de Presidente Macri, a Aranguren y Galuccio se los vio en muy pocas oportunidades juntos y cuando se dieron los contados encuentros, fueron siempre estrictamente protocolares y formales.

Para peor, y como anticipo del desenlace final de esta semana, durante una visita de Aranguren al Senado a principios de este mes, el senador macrista Federico Pinedo hizo pública una crítica que el Ministerio de Energía tenía hacia la conducción de la petrolera: su manejo de las finanzas. “YPF tiene un endeudamiento que duplica su margen operativo”, escribió en su cuenta de Twitter. Pocos días después, en una entrevista con La Nación, Galuccio negó que la petrolera estuviera sobreendeudada (según el entrerriano, el ratio de deuda sobre Ebitda de la compañía es de 1,35, por debajo del 1,5 fijado como máximo y muy por debajo del 2,7% promedio de compañías de características similares a YPF), y marcó distancia respecto del ministro de Energía, al tiempo que dejaba entrever su posible a salida de la empresa. “No sé qué visión (de YPF) tiene Aranguren", lanzó.

De un ingeniero (y político) a un banquero

La gestión de Galuccio al frente de YPF se concentró en los hidrocarburos no convencionales, con Vaca Muerta como eje principal. En su tiempo al frente de la petrolera, el entrerriano no se privó de participar del terreno político (como al presionar en 2014 a la redacción de una nueva Ley de Hidrocarburos contraria a los deseos de los gobernadores que se ajustara a las condiciones del ingreso de Chevron a Vaca Muerta) y llegó a concentrar más poder que los secretarios de Energía que vio pasar. Utilizó sus relaciones de su época en el sector privado para conseguir inversiones y atraer el interés del mundo hacia Argentina. Y a fuerza de una agresiva inversión financiada por endeudamiento y reinversión de utilidades, logró revertir la tendencia negativa de la producción de hidrocarburos.

Según datos del Instituto Argentino de Petróleo y Gas (IAPG), la producción de YPF pasó de 11.583.450 m³ de petróleo y 10.326.663 mm³ de gas natural en 2012 a 12671226 m3 de petróleo y 11.855.151 mm3 de gas en 2014. Asimismo, en 2015, la producción de petróleo aumentó un 2,1% respecto al año anterior, y la de gas, un 4,1%, según informó la petrolera hace algunas semanas. Desde 2012, además, crecieron los pozos en operación, los equipos de perforación (de 20 a 75) y las reservas, en un 35%.

“Han sido cuatro años de muchísima intensidad en que cambiamos el rumbo de YPF para volver a convertirla en el motor del desarrollo energético del país, creando valor para los accionistas. Me siento orgulloso de lo que logramos junto a todos los ypefianos, pero es momento de permitir que otros continúen el camino que la empresa está recorriendo. YPF es la mejor compañía del país y estoy convencido de que lo seguirá siendo”, evaluó Galuccio a través de un comunicado oficial de la petrolera.

En cambio, todo indica que la nueva conducción de YPF perseguirá objetivos distintos. El ordenamiento de las cuentas, una mayor autonomía respecto del Estado Nacional y más lugar a las importaciones de combustibles irán reemplazando a la meta del autoabastecimiento, que el mismo Aranguren le había bajado trascendencia públicamente hace algunos meses. El encargado de liderar ese cambio desde la Presidencia de la compañía será Miguel Angel Gutiérrez, ex CEO de Telefónica y ex director del JP Morgan, mientras que el Ministerio de Energía ya instruyó al directorio de YPF a que comience una búsqueda "nacional e internacional" para cubrir la posición CEO.

Pacto YPF-Chevron

Habiendo sido una de las principales críticas de que el Gobierno anterior mantuviera en secreto el acuerdo de YPF con Chevron, tras una reunión con Miguel Galuccio, la directora de la Oficina de Anticorrupción Laura Alonso, dio un giro copernicano y avaló la postura de la petrolera con mayoría estatal de mantener en secreto el acuerdo. "Cambié mi posición porque antes no tenía información", se justificó y apeló al mismo argumento con que el ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández había defendido la misma postura: "Es como pedirle a Coca Cola que haga pública su fórmula".

La reunión de Galuccio con Alonso se produjo luego de que el ex senador Ruben Giustiniani reiterara su pedido de que el documento se hiciera público -tras del fallo de la Corte Suprema en ese sentido-, apelando al decreto de acceso a la información pública de 2003, en el que la Oficina de Anticorrupción es señalada como "organismo coordinador".

La causa se tramita en el juzgado en lo contencioso administrativo federal 7 a cargo de la jueza María Cristina Carrión de Lorenzo, cuya renuncia -presentada por la jueza hace 20 días luego de que se le otorgara hace dos meses su jubilación- se hará efectiva a partir del 1 de mayo próximo. De todos modos, según fuentes jurídicas consultadas por El Economista la renuncia de la magistrada, sería "irrelevante".

Con el aval de Alonso a YPF, la petrolera podría volver a impulsar su posición para llegar nuevamente a la Corte Suprema, pero con un cambio de argumento: del original, que era que al ser una sociedad anónima no estaba alcanzada por el decreto de acceso a la información pública, a que la información requerida o parte de ella está dentro de las excepciones admitidas por el decreto.

Pacto YPF-Chevron

Habiendo sido una de las principales críticas de que el Gobierno anterior mantuviera en secreto el acuerdo de YPF con Chevron, tras una reunión con Miguel Galuccio, la directora de la Oficina de Anticorrupción Laura Alonso, dio un giro copernicano y avaló la postura de la petrolera con mayoría estatal de mantener en secreto el acuerdo. "Cambié mi posición porque antes no tenía información", se justificó y apeló al mismo argumento con que el ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández había defendido la misma postura: "Es como pedirle a Coca Cola que haga pública su fórmula"

La reunión de Galuccio con Alonso se produjo luego de que el ex senador Ruben Giustiniani reiterara su pedido de que el documento se hiciera público -tras del fallo de la Corte Suprema en ese sentido-, apelando al decreto de acceso a la información pública de 2003, en el que la Oficina de Anticorrupción es señalada como "organismo coordinador" La causa se tramita en el juzgado en lo contencioso administrativo federal 7 a cargo de la jueza María Cristina Carrión de Lorenzo, cuya renuncia -presentada por la jueza hace 20 días luego de que se le otorgara hace dos meses su jubilación- se hará efectiva a partir del 1 de mayo próximo. De todos modos, según fuentes jurídicas consultadas por El Economista, la renuncia de la magistrada, sería "irrelevante".

Con el aval de Alonso a YPF, la petrolera podría volver a impulsar su posición para llegar nuevamente a la Corte Suprema, pero con un cambio de argumento: del original, que era que al ser una sociedad anónima no estaba alcanzada por el decreto de acceso a la información pública, a que la información requerida o parte de ella está dentro de las excepciones admitidas por el decreto.

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