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Hay fondos para frenar la corrida en una historia que se repite

El dólar da muestras de que la fiebre sigue alta: alcanzó un récord de $ 43,50 el jueves. Para frenarlo, el BCRA hizo volar las tasas de interés, gana tiempo, pero el problema es siempre otro. Nicolás Dujovne, sin capacidad para resolver el problema, viaja a Washington para buscar ayuda.

11 marzo de 2019

Por Luis Varela 

Con la llegada de Mauricio Macri al poder, cientos de miles de personas creyeron que por fin un administrador equilibraría las cuentas entre sector público y sector privado. Por eso entre 2016 y 2017 hubo una gran tendencia al alza en todos los activos. Medidos en dólares, desde los últimos días del gobierno de Cristina Kirchner hasta enero de 2018 (27 meses) los bonos argentinos subieron 30% (según el índice MAE pasaron de 170 a 220 puntos) y en ese mismo lapso (últimos días de Cristina hasta enero de 2018) las acciones de la Bolsa de Buenos Aires subieron 120%, al pasar de 800 a 1.758 puntos, según el índice Merval en dólares blue.

En enero de 2018 cientos de miles de familias se dieron cuenta de que Macri tampoco tenía la capacidad para equilibrar el gasto público con la economía privada. Y comenzó el derrumbe. Por eso, tanto las acciones como los bonos volvieron al punto de partida. El índice MAE de los bonos volvió de 220 a 170 puntos. Y el índice Merval en dólares cayó otra vez de 1.758 a 800 puntos.

Y en este momento tan complejo, con cientos de miles de argentinos desesperados porque no pueden pagar lo que necesitan para vivir, se inicia el calendario electoral.

Este durísimo desafío que enfrenta Argentina llega con un cuadro también muy desafiante a nivel global. Se define una fuerte puja comercial entre Estados Unidos y China en una negociación que muestra constantes avances y retrocesos. Gran Bretaña da los últimos pasos para salir de la Unión Europea (Brexit) y mañana habrá una votación clave en el Parlamento. Los gobiernos están al rojo vivo en todas partes y las gestiones de muchos presidentes, de distintos países, son evaluadas negativamente.

Hoy, Argentina está quebrada: gasta más de lo que ingresa. Y entre privados ya nadie nos quiere prestar: sólo el FMI nos está tirando una soga. Eso, como pasó muchas otras veces, nos obliga a vivir con lo nuestro: hay 44 millones de argentinos, de los cuales 21 millones cobran de alguna caja pública y pagan impuestos 7 millones de personas. Los que ponen la plata se hartan y en las próximas veinte semanas se vota en casi todas las provincias. Con ese marco, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, viaja a Washington para reunirse con la directora del FMI, Christine Lagarde, y con el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin.

Las complicaciones globales hacen que el dólar vuelva a estar circunstancialmente firme contra el resto de las monedas. En la última semana el billete verde subió 2,5% contra el real, 1,4% contra la libra esterlina en Gran Bretaña, 1,3% contra el peso mexicano, 1,2% contra el euro y 0,9% contra el franco suizo.

Y obviamente, mientras otras economías más sanas se resfrían, la Argentina se agarra una gripe. En la última semana el dólar saltó 3,5% en Buenos Aires, tocó un récord de $ 43,50 el jueves, y luego se lo bajó con varios movimientos del Banco Central, con pases de futuro y tasas de las Leliq en el 56,765% anual, con un máximo del 60,49%, y con los bancos pagando en plazos fijos entre 36% y 39%, cuando hasta hace unas semanas las Leliq pagaban menos de 44% y los plazos fijos entre 34% y 36%. Este salto del dólar complica a Argentina mucho más que a otros países porque la economía local está sufriendo alta inflación. Los precios subieron 2,9% en enero y según estudios privados febrero vienen con índices que estarán bastante cerca del 4% mensual, lo que pone en duda el esquema de bandas cambiarias ideado por el FMI, ya que el piso y el techo de la zona de intervención viene siendo subido a un ritmo del 2% cada treinta días.

Con todo eso, el mercado ya dio su veredicto no solo con el precio del dólar, sino también con una fuerte baja en el valor de los títulos argentinos. Tanto los bonos como las acciones volvieron a caer fuerte. Los bonos habían recuperado 6% entre diciembre y enero pero ahora cayeron 7% y están en el peor precio de toda la presidencia Macri, registrando ahora los mismos valores que tenían en los últimos meses con Cristina Kirchner en la Casa Rosada. Y las acciones también recibieron una estocada. Mientras los mercados externos también sufrieron (en la semana Tokio cayó 2,7%, México 2,4%, Nueva York 2,3%, San Pablo 1,6%, Madrid 1,5% y Frankfurt 1,2%), la Bolsa de Buenos Aires fue la peor de todas, con un descenso del 2,4% medido en pesos y del 7,3% medido en dólares.

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