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El futuro sostenible lo creamos hoy

07 febrero de 2019

Por Martín Rappallini Presidente de la Unión Industrial de la provinciade Buenos Aires

El hombre a través de la historia utilizó el territorio de acuerdo a sus necesidades inmediatas. En una primera etapa construyó viviendas antes de pensar en las calles, pero luego, con el crecimiento de las comunidades y sus sistemas de movilidad, pensó el diseño de un pueblo distribuyendo el destino de sus espacios y sus calles antes de la fundación.

Sucedió lo mismo con el desarrollo industrial en Argentina, donde a principios del Siglo XX instalar la empresa dentro del ejido urbano aseguraba estar cerca de los trabajadores. Incluso, en muchos casos, nacía la empresa y se construían alrededor las viviendas de sus empleados. Pero las industrias crecieron, cambiaron su sistema logístico y su impacto ambiental en el entorno y en la comunidad de vecinos que también evolucionó en su dimensión y necesidades.

Este crecimiento de las ciudades y de las empresas, si bien inicialmente dieron grandes oportunidades, alcanzaron volúmenes de movimiento mayores que comenzaron a entorpecer la dinámica comunal y el cuidado del medioambiente, quedando obsoleto el sistema de origen y dando paso a la creación de normas para reducir el impacto negativo. El sistema de organización urbanística no estaba pensado en el marco de los conceptos de sustentabilidad y sostenibilidad que comienzan a surgir hacia finales del mismo siglo.

Pero el presente y el futuro del Siglo XXI nos obliga a dar un ordenamiento diferente de las actividades, que permita mejorar el funcionamiento actual y el de todo el milenio, que cuide el medioambiente para que sea sustentable y que facilite el desarrollo social y económico de la población en constante crecimiento para que sea sostenible.

Este nuevo sistema urbanístico es la “Ciudad Empresarial”, donde el foco está puesto en la organización armónica entre el espacio de residencia de las personas y la actividad económica que les permite tener una mejor vida. Presenta los mismos beneficios del inicial desarrollo industrial en el ejido urbano en cuanto a la cercanía de la empresa con sus empleados, pero con un concepto sostenible.

La “Ciudad Empresarial” tiene una mirada integral del ser humano donde se considera por un lado el espacio para la vivienda, el estudio, el esparcimiento y, por otro, el trabajo en un ámbito que logre justamente desarrollar las actividades con el menor impacto ambiental y con la mayor eficiencia posible. En este marco conceptual, el Parque Industrial justamente es una nueva organización urbanística de la actividad empresarial pensada para ser sustentable y sostenible.

En primer término, genera mecanismos para que las industrias no contaminen, como plantas de tratamiento de vertidos líquidos, forestación frondosa para minimizar el impacto gaseoso, sistemas de recolección y reutilización de residuos sólidos, entre otros, en un ámbito con mayor posibilidad de seguimiento y sinergia interempresaria.

En segundo término, al localizar el parque industrial, espacio donde se ordenan las actividades empresarias, industriales, logísticas y de servicios, en las cercanías de una comunidad donde viven los trabajadores que forman parte de su proceso productivo, vamos a promover que la calidad de vida diaria se eleve y genere oportunidades de actividad económica. Sin dicha actividad no hay generación de impuestos ni crecimiento para las personas que viven en la comunidad.

Esta nueva visión del parque industrial en armonía con ciudades próximas genera el concepto de “Ciudad empresarial”, un microclima económico social organizado con otra visión y que preserva el medioambiente. Ni más ni menos que una vuelta a los orígenes, pero con un orden sustentable y sostenible para que el Siglo XXI esté de acuerdo a la nueva forma de vivir cuidando el planeta.

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