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Por las tasas altas y la recesión, el crédito sigue cayendo

04 enero de 2019

En diciembre pasado, las variables del sistema financiero replicaron, en líneas generales, la dinámica observada a partir de la segunda mitad de 2018.

Según precisó un informe de LCG, el crédito hacia el sector privado siguió retrayéndose como consecuencia del apretón monetario y la desaceleración de la economía. En simultáneo, las elevadas tasas de interés en pesos y la estabilidad cambiaria alcanzada en los últimos meses apuntalaron los depósitos en pesos.

La evolución de los préstamos privados en pesos no genera expectativas de recuperación para el corto plazo. En diciembre, retrocedieron 0,7% mensual, aun cuando se trata de un mes donde la estacionalidad debería haber jugado a favor. Todas las líneas acusaron un mal desempeño: financiamiento a empresas -0,3%; con garantía real, -0,1% y consumo, -1,2%.

En términos interanuales también se observa una marcada desaceleración: crecieron apenas 19%, lo que implica una baja real del 19%, superando las contracciones vistas en las recesiones de 2016 y 2014. Por lejos, el financiamiento a empresas (-32% real) fue el más golpeado.

Así, el stock de préstamos privados en pesos representaría en 2018 el 11,1% del PIB, un retroceso de 1,3 punto respecto a 2017 y un síntoma de la pequeñez del sistema financiero local.

Si bien en niveles todavía bajos, la irregularidad de la cartera siguió creciendo, comportamiento que se observa desde abril. En octubre representó el 2,5% del total de préstamos, +0,7 punto en términos interanuales y +0,6 punto desde abril.

Por otro lado, los depósitos en pesos crecieron 7,1% mensual, aunque en gran parte se explica por la estacionalidad de diciembre (pago de aguinaldos). En términos interanuales la suba fue de 41%, motorizados por los depósitos a plazo (+66%), que, en un contexto de estabilidad cambiaria y tasas elevadas, volvieron a ser una alternativa atractiva de inversión. Más aún luego del último desarme de Lebac, donde parte de los fondos se han volcado a estos instrumentos. De todas formas, la suba es solo liderada por el segmento mayorista (+113%) y el minorista pareciera que todavía sigue apostando al dólar (crece apenas 33%).

Finalmente, los depósitos en dólares alcanzaron un récord en diciembre. El stock se ubicó en US$ 29.000 millones, una suba de US$ 1.300 millones en el mes y US$ 2.400 millones en el año.

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