Fue un 2018 duro para todos y la imagen del Presidente, lógicamente, no fue ajena a esa tendencia. Tras la victoria legislativa en 2018 y un verano con crecimiento económico, la aprobación de su gestión fue de 48% en el primer cuatrimestre, según datos de Poliarquía. Hasta que pasaron cosas, el dólar se despertó y la estantería se desacomodó.
Allí empezó la escalerita descendente y la imagen de la gestión presidencial pasó a 39% en mayo-agosto y, luego, bajó hasta 33% en septiembre-noviembre. Sin embargo, termina 2018 con sesgo ascendente, pero sin recuperar lo perdido. Según el sondeo que publicó hoy Poliarquía en La Nación, la aprobación volvió a 39%.
A nivel desagregado, el apoyo sube con la pirámide demográfica: es de 30% entre aquellos menores de 30 años y sube a más de 51% entre los mayores de 50. A la vez, es más fuerte en CABA (41%) y el interior (44%) que en el conurbano (28%).
¿Y Cristina? “Quien sí aprovechó las turbulencias económicas de este 2018 fue Cristina Kirchnera, que se mantuvo como la principal dirigente opositora y hasta recuperó algunos simpatizantes que la habían abandonado tras la derrota del 2015”, escribió, también en La Nación, Alejandro Catterberg, uno de los director de Poliarquía. “Su imagen pública alcanzó (en diciembre) su punto máximo (35%) desde que dejó el Gobierno. Adicionalmente, su estructura política se vio reforzada ?fundamentalmente en la provincia de Buenos Aires? por el exacerbado pragmatismo electoral de muchos dirigentes que los lleva a golpear las puertas del Instituto Patria”, agregó.
“Frente a este estado de situación, y si se mantiene al menos cierta estabilidad económica, parece sensato pensar que el país se encamina en 2019 a una reedición del enfrentamiento entre las dos figuras centrales de la política argentina de los últimos años: Mauricio Macri y Cristina Kirchner”, concluyó.
