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Los depósitos crecieron 1,7% y el crédito cayó 3,3%

03 diciembre de 2018

El apretón monetario y la estabilidad cambiaria de gran parte de noviembre siguieron alentando las colocaciones en pesos. Los depósitos en pesos del sector privado crecieron 4,5% mensual el mes pasado (1,7% real) y, en términos interanuales, avanzaron 39%, aseguró un informe de la consultora LCG.

Dado el actual atractivo de las tasas, las colocaciones a plazo fueron las que explicaron el incremento de los depósitos, que por segundo mes consecutivo crecieron por encima del 10% mensual. El crecimiento de los mayoristas (15,6% mensual) triplicó el de los minoristas (5,1%), en un contexto en que “estos activos se presentan como un buen sustituto de las casi extinguidas Lebac”.

Por su parte, los depósitos a la vista retrocedieron 1,5% mensual, sobre todo por las cajas de ahorro (-2,9% mensual) aunque compensado por una leve suba de las cuentas corrientes (0,4%). “El costo de oportunidad de tener dinero sin rendimiento en este contexto quizás haya explicado este comportamiento”, sostuvo LCG.

Los depósitos en dólares siguieron en aumento, con un total para el sector privado de US$ 232 M en noviembre (una suba de US$ 750 M contra el piso posterior a la corrida cambiaria). Esto refleja en parte, para LCG, “la normalización de la situación cambiaria”.

Por otro lado, en noviembre continuó el retroceso del crédito al sector privado, con -0,2% mensual (-3% real). Excepto los préstamos con tarjetas de crédito, ninguna de las líneas registró un incremento mensual del stock en noviembre. Esta dinámica, más que un incremento del consumo, podría explicarse por un incremento del monto a refinanciar por incapacidad de pago y la utilización de la tarjeta para “suavizar” el consumo dada la pérdida de poder adquisitivo.

El más golpeado fue el crédito a las empresas, que retrocedió 3,8% mensual y acumuló la cuarta baja mensual consecutiva (nominal). En este segmento, los adelantos en cuenta corriente bajaron 4,1% y los documentos, 4,8%. El stock retrocedió al nivel de fines del año pasado, posiblemente por “un desplazamiento de préstamos a empresas hacia colocación en Leliq”.

Si bien las tasas bajaron sensiblemente desde el máximo (los adelantos de cuenta corriente pasaron de una TNA de 78% a 68%), “todavía el costo es demasiado elevado para las empresas”. El retroceso de la actividad económica también explicó el enfriamiento del crédito, en un escenario en que “la actualización de líneas de crédito a empresas e individuos se paralizan en momentos de reconfiguración luego de la inestabilidad cambiaria registrada”.

Por otro lado, los préstamos con garantía real crecieron apenas 0,2%, con subas para los hipotecarios (0,8%), créditos al consumo (1,9%), y tarjetas de crédito (4,2%), y bajas para los prendarios (-1%). “Las líneas disponibles quedaron atadas a UVA en materia de hipotecarios y prendarios, las cuales perdieron atractivo en meses donde la inflación golpeó con fuerza”, afirmó LCG.

Por último, los préstamos en dólares también retrocedieron en los dirigidos a empresas (-1,7%) y al consumo (-1,3%), en línea con el desplome del turismo en el exterior. El stock fue el menor desde 2014, unos US$ 289 M.

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