El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, se reunió hoy en París con Angel Gurría, secretario general de la OCDE y presentó ante el Consejo la continuidad del Plan de Acción de Argentina con el organismo. Un rato antes, la OCDE había difundido sus proyecciones económicas para 2019 y augurado que la recesión que atraviesa Argentina aun tenía hilo en el carretel.
Dujovne hizo hincapié en la gran cantidad de reformas que llevó a cabo el Gobierno de Mauricio Macri e insistió que, cuando termine la actual turbulencia, Argentina se encontrará en mejor situación para crecer de manera sostenida: "Cuando pase esta tormenta, veremos fundamentos macro mucho más fuertes, una economía más competitiva, un país con instituciones más fuertes y los mismos deseos y convicciones de crear mejores oportunidades para nuestros ciudadanos y una Argentina más fuerte y estable, lista para tener un papel activo y positivo en la comunidad internacional".
Por su parte, Gurría, al finalizar la presentación de Dujovne ante el Consejo del organismo, destacó: “Acabamos de tener una excelente discusión entre los miembros del Consejo de la OCDE y el ministro Dujovne, en donde pudimos escuchar de primera mano las transformaciones económicas, sociales e institucionales que el Gobierno de Argentina está llevando adelante”.
“Los miembros del Consejo se mostraron muy interesados sobre las perspectivas económicas que presentó el Ministro, destacaron el fuerte compromiso del país para alinearse a las mejores prácticas internacionales de la OCDE y expresaron su apoyo unánime a la República Argentina”, agregó Gurría.
La OCDE reúne a los 36 países que originan el 75% de la Inversión Directa Extranjera en el mundo y el 60% del comercio global y establece las mejores prácticas internacionales para 300 políticas públicas a través de sus Comités, Grupos de Trabajo y Foros.
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El discurso completo de Dujovne
Señor secretario general, embajadores, representantes de los países miembros de la OCDE, damas y caballeros: buenas tardes y muchas gracias por darme la oportunidad de compartir con ustedes mi visión acerca del futuro de Argentina.
Antes de la presentación, déjenme mostrarles algo de Argentina en el minuto y medio que dura este video.
Hace un año y medio les hablé acerca de los lineamientos de nuestra gestión y de nuestro deseo de formar parte de esta casa internacional de las mejores prácticas. En los meses que siguieron, nuestra economía sufrió una serie de shocks que amenazaron con descarrilar nuestro plan económico.
El principal mensaje que les quiero transmitir hoy es que esos shocks no nos han desviado ni un centímetro de nuestro objetivo, que es el de poner a la Argentina en la senda del desarrollo sostenible. Los contratiempos que hemos tenido no han hecho más que reforzar nuestra determinación de impulsar reformas estructurales.
Más aún, creemos que el acceso a la OCDE es, más que un mero objetivo, un eje impulsor hacia el desarrollo sostenible.
Desarrollo: meta y posibilidad
Ese es el objetivo de nuestro gobierno. Y lo que es más importante es que creemos que tenemos lo necesario para alcanzarlo. La Argentina tiene el potencial para ser una nación totalmente desarrollada, con cohesión social y regional, plenamente integrada al mundo; un país donde reine la democracia y el pluralismo.
Eso surge, en primer lugar, de nuestros valores fundamentales y de nuestras tradiciones. Somos una sociedad fundamentalmente democrática y nos esforzamos por ser un motor de paz, de respeto de los derechos humanos y de desarrollo en el mundo.
En segundo lugar, partimos de una posición sólida. Tenemos una rica dotación de recursos naturales; y, lo que es más importante, contamos con una población talentosa y diversa.
Dominamos el uso de la tecnología nuclear y satelital para fines pacíficos; somos uno de sólo tres países de América Latina que cuentan con un alto nivel de desarrollo humano de acuerdo con la ONU; cinco argentinos han recibido un premio Nobel, y nuestro país ha sido cuna de prestigiosos escritores, artistas y atletas.
A pesar de todo esto, hasta ahora la Argentina no había logrado hacer realidad su potencial. Fundamentalmente debido a que no fuimos capaces de generar un consenso social sólido, y en cambio probamos con diferentes conjuntos de políticas inconsistentes. De la inestabilidad nació el estancamiento.
Pero una nueva generación ha alcanzado la madurez en la Argentina. Después de décadas de vivir en democracia y de un contacto más cercano con experiencias internacionales; después de ver prosperar a la mayoría de nuestros vecinos, hay hoy un profundo deseo de cambio en la sociedad argentina.
Nuestro gobierno es el vehículo político de esta nueva generación que ha sido testigo de los errores del pasado y que se niega a seguir cargando con ellos.
Por todo esto, en los últimos tres años hemos hecho mucho para sentar las bases físicas, políticas, institucionales y regulatorias para el desarrollo.
Hemos hecho esto con el proceso de acceso a la OCDE como objetivo y como hoja de ruta. En este sentido, a principios del año pasado presenté un plan de acción en el que nos comprometimos a cumplir con sesenta proyectos entregables. Sobrecumplimos en 100 entregables.
Y ahora, en continuidad con este plan de acción, tenemos planeados otros 120 proyectos entregables.
En los próximos minutos me gustaría contarles acerca de estos avances, en cuatro áreas principales.
Nuestra agenda de desarrollo: competitividad sistémica
El primer eje fue atacar las diferentes variables que afectan a la competitividad sistémica. Durante décadas, mientras discutíamos cuestiones macro, descuidamos el trabajo más fino, con más matices, en alguna de esas variables.
Por ejemplo, la Argentina cuenta con tres nuevas leyes que siguen estándares de la OCDE en temas como defensa de la competencia, mercados de capitales y simplificación y desburocratización.
Creemos que las políticas anti monopolio y para promover la competencia son clave para lograr mercados más eficientes y equitativos. Tenemos gran confianza en la nueva ley para fomentar la competencia y nos complace formar parte, por primera vez, del Comité de Competencia de la OCDE.
En la Argentina, el costo y la disponibilidad del capital siempre ha sido un gran obstáculo para el crecimiento. A medida que la economía avance nuevamente hacia un mayor crecimiento y a una inflación más baja, esperamos que la nueva ley de mercados de capitales tenga un gran impacto para fomentar el ahorro de las familias argentinas y para canalizarlo hacia la inversión y la creación de empleo.
La Ley de Simplificación y otras normas afines eliminan trámites innecesarios para personas y empresas e hicieron plenamente online a cientos de otros trámites. Hoy se puede formar una Sociedad por Acciones Simplificada en tan solo un día y la registración y la presentación de documentos de las empresas se simplificó y sus costos se redujeron.
Queremos que los emprendedores y los empresarios utilicen su tiempo y energía en crecer e innovar, no en cumplir con la normativa. Nos complace que la Argentina haya escalado veintinueve posiciones en el último índice de facilidad para hacer negocios del Banco Mundial, pero somos totalmente conscientes de que todavía queda mucho por hacer para liberar todo el potencial de la creatividad de nuestros emprendedores.
Por último, pero no por ello menos importante, estamos avanzando en un plan integral de infraestructura para aumentar la seguridad vial y reducir los costos logísticos. La Argentina, el octavo país más grande en superficie del mundo, necesita una logística de primera línea para crecer sostenidamente y reducir las inequidades regionales.
Nuestra agenda para el desarrollo: instituciones
La segunda gran área de reforma se relaciona con las instituciones: fortalecer el estado de derecho y los derechos individuales, aumentar la eficiencia del gobierno y combatir la corrupción.
Hemos logrado importantes avances para mejorar nuestras instituciones fiscales federales con un Reforma Impositiva bajo estándares OCDE y un pacto fiscal entre el gobierno nacional y las provincias.
Después de años de centralización y discrecionalidad, estamos logrando un sistema más equilibrado y basado en reglas: las transferencias automáticas a las provincias, que habían caído del 42% al 32% de la recaudación del gobierno nacional, se encuentran actualmente en un 43%.
El mismo estado nacional está atravesando una trasformación profunda, desde una entidad lenta y burocrática permeable a la corrupción y que se servía a sí misma, a un servidor de sus ciudadanos y empresas que es más rápido, ágil y transparente.
Por ejemplo, se ha digitalizado el 95% de los trámites de comercio exterior, y estamos construyendo una Ventanilla Única de Comercio Exterior. Esto es especialmente importante para las pequeñas y medianas empresas y los exportadores de bajo volumen que no disponen de departamentos de comercio exterior para lidiar con la burocracia.
La lucha contra la corrupción y a favor de la integridad es un tema crucial y transversal para el gobierno, y hemos comenzado a construir una arquitectura institucional en esa línea.
Luego de años de presión de la sociedad civil, la Argentina finalmente tiene una Ley de Acceso a la Información. También hemos promulgado las leyes de Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas y del Arrepentido para los Casos de Corrupción; y el Congreso tiene a su consideración un proyecto de ley de ética pública que sigue los lineamientos de la OCDE.
Hemos regulado por primera vez la prevención de conflictos de intereses en el gobierno nacional, y hemos fortalecido a los organismos de control y a la oficina anti-corrupción.
Un paso muy importante hacia un estado más transparente y eficiente ha sido la recuperación de la credibilidad de las estadísticas públicas, severamente castigada durante el gobierno anterior. En este proceso hemos recibido la colaboración de la OCDE, y actualmente se está estudiando un proyecto de ley para reformar el sistema estadístico nacional bajo los estándares de la OCDE.
Nuevamente, todavía queda mucho por hacer, pero ya estamos viendo resultados. Desde 2015, la Argentina ha escalado 21 posiciones en el índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional y 37 posiciones en el Global Open Data Index de Open Knowledge International.
Estamos trabajando para mejorar la conectividad de las empresas y de las familias. Las conexiones fijas a internet crecieron un 20%, la velocidad promedio se triplicó desde 2015 y la cobertura 4G aumentó del 10% en 2015 al 58%.
Nuestra agenda para el desarrollo: integración
El tercer eje ha sido una estrategia sistemática para mejorar nuestras relaciones exteriores y conseguir una mejor, más inteligente, integración a la economía mundial.
Hemos avanzado en ese sentido facilitando el comercio, abriendo nuevos mercados para nuestros productos alrededor del mundo y negociando acuerdos comerciales. Hemos firmado acuerdos bilaterales con Chile y Colombia, hemos modernizado algunos aspectos del MERCSOSUR y hemos avanzado en las negociaciones entre el MERCOSUR y la Unión Europea, la EFTA, Canadá y Corea del Sur.
Las relaciones internacionales trascienden al comercio. Luego de años de aislamiento, la Argentina está lista para jugar un papel en las soluciones de los desafíos globales, desde el comercio internacional a la energía, el cambio climático y demás.
El año pasado, Buenos Aires fue sede de la Conferencia Ministerial de la OMC y este año la Argentina preside el G20.
En todos estos ámbitos, como en el Comité del Acero de la OCDE y otros, hemos trabajado (y lo seguiremos haciendo) para fortalecer y modernizar el sistema multilateral de comercio basado en reglas a través del diálogo y el consenso.
Conclusión: Argentina en el camino correcto
El cuarto campo de reformas es el de las instituciones macroeconómicas. Tal como les comenté al principio, este año la Argentina atravesó una serie de shocks que sembraron incertidumbre y nos volcaron a una recesión inesperada.
Nuestra respuesta es prueba de nuestra convicción respecto del camino que tomamos hacia el desarrollo. Tal como remarcó el presidente Macri, nos aferramos al timón y seguimos avanzando a pesar de las duras tormentas que nos rodean.
Hemos acelerado nuestro paso hacia el equilibrio fiscal y el Banco Central ha fijado una política monetaria estricta y verificable. Hemos estabilizado la economía sin incumplir contratos, sin cambiar las reglas del juego ni intervenir los flujos de capital.
Esta respuesta demuestra que esta gestión está convencida de la necesidad de continuar impulsando reformas para propiciar el desarrollo. Más importante aún, seguimos contando con el apoyo de la sociedad incluso en el contexto de una recesión y una inflación aún elevada.
Este apoyo ininterrumpido se debe, en parte, a un esfuerzo consciente por parte del gobierno por avanzar a un ritmo social y políticamente sostenible. Pero también da cuenta del verdadero deseo de cambio de la sociedad argentina.
Importantes sectores de la población y actores clave han llegado finalmente a un consenso en torno a la necesidad de implementar reformas para construir un país más próspero, libre e integrado.
Es en este contexto que buscamos acceder a la OCDE. Para aprovechar sus herramientas de mejores prácticas; para anclar y fortalecer estas reformas estructurales; y para ayudar a otros países con nuestras experiencias e ideas.
La Argentina está avanzando en su camino hacia el desarrollo sostenible. Lo hacemos motorizados por el deseo de cambio de nuestra sociedad y por el apoyo de la comunidad internacional.
Cuando pase esta tormenta, veremos fundamentos macro mucho más fuertes; una economía más competitiva; un país con instituciones más fuertes; y los mismos deseos y convicciones de crear mejores oportunidades para nuestros ciudadanos y una Argentina más fuerte y estable, lista para tener un papel activo y positivo en la comunidad internacional.
Muchas gracias.
