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La fiebre baja (sólo un poco)

Por la estabilidad cambiaria, la baja de combustibles y la recesión, los números serán más bajos en el último bimestre

16 noviembre de 2018

Por Matías Carugati Economista Jefe M&F Consultora & Florencia Hernández Economista de M&F Consultora

Octubre fue otro mes de alta temperatura en materia de precios. El IPC registró una suba mensual de 5,4%, menor al aumento de septiembre (6,5%) pero, de todas formas, una cifra elevada (el promedio mensual de la gestión de Mauricio Macri es de 2,6% hasta septiembre). En términos anuales, los precios minoristas escalaron 45,9%, la mayor cifra en dos años. La estabilidad cambiaria tras el cambio de política (y conducción) del BCRA ayudó, pero la leve desaceleración de los registros mensuales se debe al arrastre que dejó septiembre (precios que no habían terminado de ajustarse a la depreciación) y los aumentos en transporte, combustibles, gas y medicina prepaga. Desde el Gobierno confían en que el plan monetario anclará las expectativas y, de la mano de la tranquilidad cambiaria, facilitará la desaceleración de la inflación. Así todo, el año terminará con la mayor suba de precios desde 1991.

Los regulados picaron en punta. A diferencia de lo que ocurrió el mes previo, cuando la depreciación empujó las remarcaciones, en octubre fueron los precios regulados y no los “libres” los de mayor aumento (+7,4% versus +4,5% mensual, con estacionales subiendo 6,2%). La suba en la factura de gas y el aumento otorgado a los encargados de edificio explican gran parte de la suba del rubro vivienda (+8,8%). En tanto, los incrementos en el transporte público y el ajuste de los combustibles incidieron sobre transporte (+7,6%). Un escalón por debajo se ubicaron los rubros alimentos y bebidas (+5,9%, en buena medida por el arrastre de septiembre), salud (+5,5%, por el aumento de las prepagas y medicamentos) e Indumentaria (+5%).

La inflación cedería un poco a corto plazo. Estimaciones privadas de alta frecuencia reflejan noviembre vendría mejor de lo anticipado. La estabilidad cambiaria, la baja de combustibles y la recesión serían factores importantes para moderar la inflación a un rango de 2-3% mensual. Anticipar diciembre resulta algo más complicado, pero si no hay “sorpresas” por el lado cambiario y, efectivamente, noviembre termina en buena nota, el aumento de los precios minoristas debería estar en el mismo rango. Lógicamente, el precio de los bienes y servicios estacionales tomarán un poco más de envión, mientras que los regulados dependerán de las decisiones del Gobierno. En este sentido, el anuncio de aumentos escalonados en el subte ($1 por mes hasta febrero 2019) y en micros de larga distancia pueden complicar un poco las cosas.

Para 2019, la gran apuesta es desinflar. La nueva política monetaria ha logrado estabilizar el mercado de cambios, con la cotización del dólar flotando dentro de la zona de no intervención sin mayores sobresaltos (a pesar de que casi tocó el piso esta semana). La evolución fue tan positiva que hasta se pudo bajar la tasa de referencia (Leliq) al 63%. El Gobierno confía que la continuidad de esta dinámica facilitará el anclaje de las expectativas lo cual, tarde o temprano, ayudará a disminuir la inflación. A pesar de que los analistas corrigieron (nuevamente) las proyecciones de inflación (47,5% versus 44,8% para 2018 y 27,8% versus 27% para 2019), también es espera que el camino hacia delante sea descendente.

Confirmar la desinflación será clave, por más de un motivo. Primero, porque ello vendría aparejado de una baja de tasas de interés, mejorando las cuentas del BCRA (déficit cuasifiscal). También quitaría presión sobre la cadena de pagos y ayudaría a moderar un nuevo ciclo de apreciación real (aunque ello dependerá de otros factores). Segundo, porque la desinflación (y la baja de tasas) será reactivante, sobre todo cuando los salarios empiecen a actualizarse tras las paritarias. Tercero, porque la combinación de inflación en baja y actividad en alza sería positiva en términos políticos. Claro que, para que esto se perciba, el timing será clave.

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