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La esperada cena de la tregua

26 noviembre de 2018

Luego de los desencuentros, recelos, resquemores y las declaraciones cruzadas que calentaron el ambiente interno de Cambiemos, el frente electoral oficialista intentará restañar sus heridas a partir de mañana, con la cena de camaradería prevista entre sus principales dirigentes nacionales. De un lado, el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el ministro del Interior, Rogelio Frigerio y posiblemente la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Del otro, el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes) y los legisladores Mario Negri y Luis Naidenoff.

El detonante fue la designación de los integrantes del Consejo de la Magistratura. Cambiemos perdió una silla y salieron a superficie descontentos acumulados entre los socios. La diputada nacional Elisa Carrió, sin romper su silencio autoimpuesto, fue la primera que salió a la carga para marcar sus diferencias, señalando por lo bajo esa pérdida como si fuese una defección del Gobierno.

A la dirigente de la Coalición Cívica se le sumó el radicalismo, con un comunicado partidario ciertamente duro, en el que habló de “impericia”, “mala praxis” y “desidia política”. Mientras que se dejó entrever que esa pérdida a manos de un peronismo extraordinariamente unido había formado parte de la negociación por el Presupuesto 2019, aprobado la noche anterior a la designación. Los vínculos con el radicalismo parecen camino a reponerse. Con Carrió, no.

De hecho, Carrió no fue invitada. Marcela Campagnoli, también diputada nacional y dirigente de la CC-ARI, fue la vocera de ese malestar. Dijo que hace “más de un mes que no es convocada” por la Casa Rosada para participar “de decisiones estratégicas”. “No se hablan desde hace un par de meses con (el presidente Mauricio) Macri”, dijeron, en tanto, cerca de Carrió a la agencia NA. La última vez que se vieron fue el 11 de octubre, durante el conflicto por el pedido de juicio político que Carrió presentó contra el ministro de Justicia, Germán Garavano. Ese día, se cruzaron en un acto público sobre pymes en el Centro Cultural Kirchner y sólo intercambiaron un frío saludo. Poco después, la diputada de la CC-ARI lanzó la frase que congelaría aún mas su relación con el Gobierno. “En la lucha contra la corrupción, perdí la confianza en el Presidente”, dijo en un programa de televisión.

Cerca de Carrió también comentan que otro destinatario de sus críticas es el ministro Frigerio. El ministro de la cartera política había dicho la semana pasada que “hay que ampliar la base de sustentación política de Cambiemos” y que su objetivo era sumar dirigentes del peronismo. Carrió se opone a esa posibilidad. En tanto, en Casa Rosada están molestos por varias gestos y actitudes de Carrió. Por caso, le cuestionan la impugnación al juez santiagueño Sebastián Argibay y, con eso, haber molestado al gobernador Gerardo Zamora, quien luego instruyó a sus diputados para acompañar esa unidad de acción peronista y aportar respaldos clave a la mayoría opositora. Cerca de la diputada sostienen que Carrió mantendrá su silencio hasta después de la Cumbre del G20.

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