Ayer, volvió a reunirse la Junta Directiva de la UIA y el clima era espeso. Motivos, ciertamente, no faltaban. Desde abril hubo una seguidilla de pálidas para el sector fabril, que ayer señaló su preocupación por la situación del sector.
“Los representantes sectoriales y regionales dieron cuenta de la evolución de la actividad y las perspectivas para el resto de 2018”, informaron en un comunicado. Durante la reunión, se manifestó una gran preocupación por el impacto negativo que tienen para el sector la profundización de la caída de las ventas, el incremento del costo del crédito ?con tasas que complican el acceso a capital de trabajo? y el descuento de cheques que está generando dificultades en la cadena de pagos.
“Además se abordó la preocupación existente por el incremento en el costo de la energía, particularmente del gas, que afecta en especial a las pequeñas y medianas Industrias, fundamentalmente de las provincias. En este marco, las Pymis no están en condiciones de absorber aumentos retroactivos en el costo energético, con el riesgo jurídico que esto representa”, dijeron los industriales.
El director del CEU, Pablo Dragún, presentó el nuevo esquema monetario y de intervención del BCRA. Además, analizó la evolución reciente de la actividad industrial, proyectando una caída de 4,8% para el bimestre agosto-septiembre y una derrape de 5% para el último trimestre de 2018. Así, el estimado para 2018 sería de una caída de 2,3%.
