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Sin una intervención clara del BCRA, el dólar sigue escalando

Ayer el BCRA intervino en el mercado de cambios con sólo US$ 39 millones (y muy tarde) yel tipo de cambio trepó 3% hasta $39,55 (+$1,30)

14 septiembre de 2018

Por Juan Manuel Antonietta

Caminante no hay camino se hace camino al andar, cantaba Joan Manuel Serrat. La canción para muchos analistas parece estar sonando con fuerza en el BCRA de Luis Caputo que ayer sólo intervino en el final de la rueda para morigerar una suba del dólar que en su tramo minorista cerró en $40,22, con un alza de casi 3%. La tímida intervención del BCRA fue ayer sólo de US$ 39 millones en el final de la jornada.

Pero lo cierto es que hay un camino. La estrategia del nuevo comité que maneja la política monetaria es poner arena en la rueda del tipo de cambio a través de intervenciones ?como vendiendo dólares en el Mulc u operando en el mercado de futuros? para que los saltos no sean tan bruscos. No obstante, la estrategia no está muy definida y no logra contener expectativas al mismo tiempo que el drenaje de dólares de las reservas producto de las intervenciones no se frena.

Pero hacer sólo hincapié en el accionar de la autoridad monetaria para explicar la actual situación sería incompleto. En la medida en que continúa la incertidumbre por la negociación con el FMI y las dudas sobre el programa financiero es difícil recuperar la confianza. Como decía ayer un corredor en la Bolsa, “recuperar la confianza es que no se piense en que esto explota y que el dólar puede valer cualquier cosa”.

Lo cierto es que ayer no hubo una batalla ganada en el campo de la confianza. Si bien los bonos en dólares se recuperaron, el dólar futuro subió producto del incremento de la tasa implícita y los spots y ya cotizan a $45 para diciembre. “Hay mucha gente buscando cobertura y no hay oferentes”, señalaron desde la city porteña.

Mientras tanto, la tasa se mantiene en 60% y el BCRA ya dijo que no la bajará hasta diciembre. El efecto de la tasa en la demanda de pesos se observa cada vez más inelástico y en este difícil contexto, la semana que viene Caputo deberá lidiar con una nueva licitación de Lebac. Una tasa muy alta podría ser leída como una señal de crisis.

La estrategia

Según Gabriel Caamaño Gómez (Consultora Ledesma), el BCRA está buscando administrar el ajuste y suavizar el evento por balanza de pagos que no puede ser detenida sólo por él. “No obstante, a la hora de intentar administrar la crisis un día decide hacer una intervención y otro día no, tiene un accionar errático”, señaló el economista.

La pregunta que correspondería sería, ¿puede hacer otra cosa la autoridad monetaria? “No es que sea una estrategia, es a lo que puede aspirar”, señaló Caamaño y agregó que “solo puede intentar suavizar el recorrido de la crisis”. Agregó: “Necesitamos definiciones desde afuera, seguimos sin saber cómo quedan los desembolsos del FMI y el programa financiero”.

Irina Moroni (Fundación Capital) explicó que el tipo de cambio se desliza básicamente porque sigue sin aparecer la oferta privada. “El volumen negociado en las últimas ruedas fue muy bajo y por ahora las autoridades sólo vendieron muy bajos montos”, señaló la economista jefe de la consultora que capitanea Martín Redrado y opinó que “la autoridad monetaria debe tener capacidad de sorpresa y sobrepasar las expectativas del mercado: si el dólar siempre sube, entonces aumenta la demanda y se pierden reservas a cuentagotas”.

Desde una visión más crítica, Mara Ruiz Malec (ITE-FGA) cree que la estrategia del BCRA es completamente inconsistente desde el principio de la corrida, allá por abril. “Movimientos bruscos del tipo de cambio no solo se trasladan a inflación sino que generan un elevado nivel de incertidumbre y, dada la magnitud de los últimos saltos, de pánico”, indicó la economista y aclaró que “por eso interviene el BCRA, pero al mismo tiempo no quiere resignarse a abandonar la política de tipo de cambio flexible y entonces se niegan a establecer un techo, al menos temporal, para el tipo de cambio”.

“El resultado es que las intervenciones terminan siendo todo pérdida: se sacrifican reservas y no se frena el tipo de cambio”, expresó Ruiz Malec y argumentó que “en un país como el nuestro, el tipo de cambio flexible en un contexto de desregulación completa del mercado de cambios es someter la economía a un samba permanente”. Pese a que el FMI aboga por el tipo de cambio sin intervenciones, para la economista se debería poder negociar ese punto, sobre todo en vista a los últimos acontecimientos.

En búsqueda de la estabilidad Así para todos los consultados el principal objetivo que queda para el BCRA es intentar estabilizar el mercado de cambios. Una vez estabilizado, según Moroni, la economía podrá encontrar donde hacer pie. “Estamos frente a una crisis de confianza, y la mayor volatilidad cambiaria implica una profundización de la recesión y una nominalidad más alta de la economía”, alertó.

En este sentido, el BCRA intenta mostrar una dureza en la tasa que no bajará de 60% en el corto plazo. Pero cuando las expectativas de devaluación son muy altas y además hay muchísima incertidumbre, ningún nivel de tasa parece alcanzar, según Ruiz Malec. “No tiene sentido poner una tasa tan alta si al mismo tiempo se deja correr el tipo de cambio, sólo se termina perjudicando a actores débiles, como las pymes, sin ninguna ganancia”, indicó la economista de Itega y concluyó que “ahora, una vez que ya se subió la tasa, el costo de bajarla sin que esté estabilizado el tipo de cambio es altísimo”.

Según Caamaño, la estabilización la tiene que lograr el conjunto de las políticas económicas. “Las expectativas las van a delinear un esquema que cierre y que sea consistente” opinó y agregó que “necesitamos también un contexto internacional que acompañe, que no haya malas noticias de afuera por un tiempo considerable”.

“Cerrar con el FMI podría abrir una posibilidad para estabilizar, pero la discusión del Presupuesto, el vencimiento de Lebac las elecciones en Brasil, vislumbran una recta final del año volátil”, concluyó Caamaño.

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