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En su celebración, la industria navega la tormenta con dificultades

La caída de la demanda interna complica el panorama en el corto plazo, pero hay sectores con grandes potenciales

03 septiembre de 2018

Por Juan Manuel Antonietta

El 2 de septiembre de 1587 zarpó del Riachuelo, en Buenos Aires, rumbo a Brasil una carabela que transportaba el primer envió al exterior de la industria argentina. El cargamento de la nave contaba con sacos de harina y tejidos producido en la provincia de Santiago del Estero.

En honor a esa primera exportación ayer se celebró un nuevo Día de la Industria en Argentina. Más de cuatro siglos después, el río se encuentra en uno de los momentos más revueltos. Las empresas argentinas se encuentran en un difícil contexto en el cual la demanda interna se desploma, los costos de las tarifas suben y la rentabilidad es cada vez más escasa.

No obstante, emerge una luz para la industria en las exportaciones: el salto del tipo de cambio real genera una ganancia de competitividad precio que podría ser aprovechada por algunos sectores. Sin embargo, en la medida en que las señales de tipo de cambio real no sean de largo plazo, es difícil que algún empresario se vuelque a intentar generar vínculos con empresas internacionales si no hay reglas de juego claras.

La importancia

“El país necesita industria y una buena”, dijo, en diálogo con El Economista, Leandro Mora Alfonsín (Faima). “Hoy la industria es el empleador de 20% de la población económicamente activa y es el rubro que paga en promedio 32% más de salario que el resto de los sectores”, indicó el economista y opinó que “la industria genera valor y empleo de calidad”.

Según su óptica, este corto plazo difícil contagia al mediano plazo. “La falta de demanda interna condiciona a la rentabilidad y hoy la industria se enfrenta a una crisis de rentabilidad, en especial en los sectores más mercado-internistas, donde hay fuertes aumentos de costos vinculados a aspectos cambiarios, tarifarios y financieros con una tasa de interés exorbitante”, explicó y agregó que “la rentabilidad muy baja o casi nula en algunos sectores hace que se suspendan las decisiones de inversión comprometiendo el mediano plazo”.

Para Pablo Dragún, director del CEU de la UIA, Argentina tiene mucho potencial en materia industrial. “La productividad de muchas plantas argentinas está a nivel internacional, pero la falta de infraestructura, las cuestiones impositivas y los altos costos de transporte distorsionan la productividad”, señaló el economista.

Si bien puede esperarse de un impulso exportador (que no va a ser inmediato), según Dragún, es necesario que la economía se estabilice: “La industria por definición es algo de largo plazo, el empresario hunde capital y tiene un tiempo importante hasta que pueda recuperarlo”.

Esperanzas

Según Franco Roland (Abeceb) uno de los sectores que puede seguir dando buenas noticias en este difícil escenario es el sector automotriz. “La coyuntura es muy compleja en el mercado interno, estamos proyectando una caída de ventas en torno a 9% y en 2019 vemos una caída de 12%”, proyectó el economista de Abeceb.

No obstante si bien la caída de las ventas internas va a impactar en el sector, Roland explicó que hoy la venta de vehículos nacionales es de 30% del total patentado y que el dinamismo exportador puede repuntar esas pérdidas. “Si bien habrá pérdidas de 30.000 unidades de ventas en el mercado local, este año las exportaciones crecerán 50.000 unidades, con lo cual la producción se incrementará entorno al 8% y en 2019 proyectamos otra expansión de 8% por la maduración de inversiones”.

Pero no todo es color de rosas para los autos. Según el especialista, luces de alerta se encienden en la industria por el recorte de los reintegros a la exportación y el incierto escenario de Brasil donde hay un gran margen para incrementar las ventas.

“En Vaca Muerta hay grandes posibilidades de desarrollo, no solo desde lo petrolero si no de todas las ramas que participaran de la cadena de producción: Servicios petroleros, metalmecánica, siderurgia”, opinó por su parte Dragún y agregó que además, el impulso de bajar los costos del gas tendrá un gran impacto en mejorar la competitividad y puede aumentar la localización de las empresas en el país.

Otro de los sectores que más potencialidad presenta es el sector químico y farmacéutico, según el economista de la UIA. Mora Alfonsín agregó en coincidencia que la farmacéutica posee un gran potencial innovador.

Para el economista de Faima su sector también presenta mucho capacidad en términos de economía verde. “En el sector forestoindustrial se puede desarrollar la construcción con madera, la generación de energías con residuos de madera, trabajar en muebles de diseño”, ejemplificó.

Un gran potencial

Así, la industria presenta grandes desafíos en un complejo escenario que requiere una pericia del Estado para encauzarlos. “Es necesario una política pública de largo plazo articulada con el sector privado y los trabajadores con una lógica productiva para que la industria crezca”, opinó Dragún y concluyó que “son necesarios los incentivos en I+D, que la política tributaria sea una fuente de desarrollo de la inversión y sobre todo, hay que tener una visión más audaz”.

En el corto plazo, para Mora Alfonsín es muy complejo pensar una recuperación de la industria sin rentabilidad. “El desfinanciamiento de las iniciativas de ciencia y tecnología y la quita de reintegros a las exportaciones no ayudan”, dijo a este diario y explicó que “en el mundo 72% del comercio exterior son bienes de la industria manufacturera y el 80% de las innovaciones en el mundo salen de ella”. Según el economista de Faima, si bien estamos unos escalones atrás que otros países, el objetivo tiene que ser cerrar esa brecha, no profundizarla.

“Argentina tiene un gran potencial y posee las bases de capital humano y de know how para que con los incentivos correctos y una macroeconomía que incentive la generación de valor crezca significativamente” opinó Mora Alfonsín y concluyó que “el desafío es alinear estratégicamente qué modelo de país queremos y la industria no es un problema sino parte de la solución argentina”.

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