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¿Vender, comprar o esperar?

Las recomendaciones de GMA Capital para las estrategias de renta fija

10 agosto de 2018

En tiempos turbulentos, las preguntas son siempre las mismas. ¿Vendo, compro o espero? Así resumen su view desde GMA Capital: “Si bien existen posibilidades de un rebote, no sugerimos tomar riesgos excesivos”. En un mercado no apto para cardíacos, “selectividad” es una palabra clave.

“Los hechos están demasiado frescos como para sacar conclusiones apresuradas. Con seguridad, solo podemos afirmar que la incertidumbre local y externa le está saliendo muy caro a los activos locales”, sostienen Cecilia Ronchi y Nery Persichini en el tradicional informe semanal.

“Nuestra interpretación es que los 'cuadernos K' pudieron haber sido la gota que rebalsara el vaso de la paciencia de los inversores. Sensibilizado y selectivo en extremo ante un contexto global que está en las antípodas de lo que fue durante los últimos años, el mercado habría dicho 'basta'. No habría querido soportar una dosis extra de riesgo político y reputacional sin saber hasta qué punto puede llegar la investigación. La película la observarían con carteras menos cargadas de activos argentinos, en particular y una menor cantidad de activos emergentes, en general”, resumen.

En las cuentas, agregan, el mercado también habría incorporado expectativas más pesimistas acerca del crecimiento económico debido a que la obra pública y los esquemas de Participación Público-Privada serán sometidos a escrutinio. El próximo REM podría traer novedades en ese sentido. El último relevamiento del BCRA proyectó una caída de 0,3% en 2018 y no debiera extrañar una caída aún mayor e, incluso, un menor crecimiento en 2019. “Un PIB menos vigoroso le quitaría fuerza a la recaudación tributaria y dificultaría la ya ambiciosa meta de déficit fiscal de 1,3% del PIB en 2019 prometida al Fondo Monetario Internacional (FMI)”, dicen en GMA.

El malestar también se sintió en el Merval: en la última semana, la Bolsa medida a través del Merval en dólares perdió prácticamente todo lo que había cosechado durante julio y el retroceso desde el máximo del 2 de agosto ya marca 10%

“Una lectura descarnada de las ventas masivas de bonos argentinos y de la curiosa forma de la curva en dólares indicaría que los inversores quieren asegurarse únicamente cobrar amortizaciones antes de las elecciones de 2019. Un bono a 2020 les estaría sonando tan arriesgado como un título de largo plazo, razonamiento dominante en situaciones de distress financiero. En situaciones normales, el AO20 (duration 2) no puede rendir lo mismo que el bono PAR (duration 10)”, agregan.

“La crisis de Turquía y el contagio que genera en economías parecidas funcionan como combustible extra para alimentar las dudas de siempre en cuanto a la sostenibilidad macro (déficit externo, déficit fiscal y dinámica de la deuda), el desarme de Lebac y las dificultades para rollear vencimientos de Letes”, amplían.

“Si bien consideramos que el castigo a los bonos luce fenomenal y que existen posibilidades de un rebote, no sugerimos tomar riesgos excesivos. Ponderamos las posiciones dolarizadas en liquidez y Letes. Por supuesto, también tenemos preferencia por los bonos más cortos como el Bonar 2020 (AO20) y Bonar 2024 (AY24) que, con rendimientos de 10%, ofrecen un punto de entrada atractivo para mantener a finish (en el escenario más optimista) o para buscar una ganancia de capital si los rendimientos se redujeran en el corto plazo (escenario base)”, concluyen.

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