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Pinedo, Carrió y Pichetto, cada uno con su librito

Hoy se debaten los proyectos de ley de extinción de dominio

15 agosto de 2018

Por Ramiro Gamboa

Corría 2013. El periodista Jorge Lanata revelaba en su programa televisivo el testimonio de un financista mediático, Leonardo Fariña, que explicaba un sistema de corrupción para evacuar dinero proveniente de la corrupción y dirigirlo a paraísos fiscales. “Para recuperar lo robado necesitamos la extinción de dominio”, decía Elisa Carrió en un programa televisivo. Pino Solanas la respaldaba y elogiaba el instrumento jurídico para quitar los bienes de origen ilícito. En esos tiempos ambos encabezaban la alianza Unen que triunfó frente al PRO y el peronismo en las primarias abiertas de 2013. Los abrazos entre Pino y Carrió hace algunos años son parte del pasado, pero Solanas presenciará hoy el debate sobre la ley que impulsaba junto a Carrió hace algunos años: la ley de extinción de dominio.

En 2016 se le dio media sanción en la Cámara de Diputados al proyecto de extinción que había presentado Carrió en el 2013 con algunas modificaciones. “El Estado puede recuperar los bienes que derivan de la corrupción porque no poseen legitimidad de origen. No se compensa ni se condena al acusado, sino que se obtiene la titularidad de los bienes”, aseguraba Carrió.

El año pasado, el Senado suscribió un dictamen en sus comisiones que modificó el proyecto aprobado en Diputados. El bloque del PJ no quería saber nada con la media sanción de los diputados, y a su vez los senadores de Cambiemos buscaban hacerle algunos cambios. Al estar la media sanción dos años inmovilizada en el Senado, y antes de que pierda estado parlamentario en diciembre de este año, Federico Pinedo presentó su propio proyecto y lo mismo hizo el que liderara los bloques oficialistas durante las presidencias de Eduardo Duhalde y de Néstor y Cristina Kirchner, Miguel Angel Pichetto. A su vez, Carrió volvió a presentar su proyecto en Diputados.

¿Qué diferencias hay entre los proyectos? La extinción de dominio de Carrió es una acción civil autónoma del proceso penal que se presenta en el fuero civil y comercial. Esto significa que le quita poder a los jueces federales de Comodoro Py. Carrió quiere quitarle esta potestad, porque entiende que en el futuro puede ser un arma mortal en manos del peronismo. Además, destaca la celeridad del fuero civil por sobre el penal.

El proyecto de Pichetto da un giro inverso y le otorga el poder a Comodoro Py, debido a que la extinción “pasa a ser una acción civil conexa del proceso penal y que se presenta en el marco del proceso penal”, asegura un abogado penalista en diálogo con El Economista. De esta forma, Pichetto logra calmar la presión ciudadana por la aprobación de la ley, pero genera una herramienta idéntica al tradicional decomiso, que ya existe, y requiere una condena penal para realizarse.

Además, si se aprobara hoy el proyecto de Pichetto, no habría retroactividad y los ilícitos cometidos antes de la sanción de la ley no podrían ser juzgados y los bienes tampoco podrían ser “extinguidos” o removidos”, debido a la naturaleza del derecho penal. En cambio, tanto el proyecto de Carrió como el de Pinedo habilitan la retroactividad debido a que la extinción es de naturaleza civil. ¿Cuál es una de las diferencias centrales entre el proyecto de Carrió y el de Pinedo? El de Pinedo requiere de un procesamiento para realizar la extinción, en cambio el de Lilita lo deja a criterio del fiscal. Además, Pinedo hace que la acción prescriba a los cinco años desde la sentencia firme, en cambio en el proyecto de Carrió no hay plazo de prescripción alguno. Lilita prefiere darle una mayor libertad a los fiscales civiles, para comenzar a resquebrajar la supremacía de la Justicia Federal.

El proyecto de Pichetto le arrebata la decisión a los fiscales del fuero civil y la “extinción” (o el decomiso) dependen de una acción que impone el juez penal al momento de la sentencia. Además, el destino de los bienes recuperados, tanto en el proyecto de Pichetto como en el de Pinedo se dirigen a las rentas generales del Estado, en cambio el de Carrió se dirige a Educación, Salud y entes destinados a combatir el narcotráfico y las adicciones.

“A los expresidentes hay que cuidarlos, aprendamos de la tradición estadounidense. No es normal que maltratemos a quienes ocuparon el sillón de Rivadavia”, aseguró Pichetto en diálogo con Luis Novaresio aportando otra visión al tema. Por otro lado, no solo es una batalla legislativa, sino también de rédito político. Cada uno asegura que su proyecto es superador, pero el que se lleva el premio final será el que logre la aprobación de las dos cámaras.

El Senado vuelve a convertirse en un escenario atractivo para las capas medias apasionadas por la puja política.

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