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El Gobierno ajustó y cambió el esquema de retenciones en soja

“El propósito es quitar presión impositiva a todos los sectores productivos de Argentina y ganar competitividad”, expresó Etchevehere

17 agosto de 2018

Por Eliana Esnaola 

“Cuando el río suena, agua lleva”. Ayer fue un día de sorpresas para el campo argentino, especialmente para el complejo oleaginoso. Después de tantos rumores, de una u otra forma volvieron las retenciones. El Ministerio de Hacienda, anunció que si bien se mantiene la baja prevista en la alícuota de los granos, el dato nuevo es que se suspende por seis meses la baja establecida para aceites y harinas, y por otro lado, se elimina el Fondo Federal Solidario (FFS), por el cual se transfería a provincias y municipios el 30% de la recaudación de los derechos de exportación a la soja.

Los argumentos

Poco después de conocerse las medidas, el ministro de Agroindustria, Luis Etchevehere, tuvo la oportunidad de salir a explicarlas. En el marco del evento Agromanagement, argumentó: “Es un tema largamente pedido por los productores el de poder equiparar los derechos de exportación del poroto con el resto de los productos”. Cabe recordar que actualmente la soja tiene el 26% de retención, mientras que la harina y el aceite, el 23%. Al respecto, explicó: “Lo que se dispuso es que se frena la reducción de las retenciones a los subproductos harina y aceite por seis meses, mientras que el poroto sigue bajando medio punto por mes hasta que se encuentran en febrero, y a partir allí, todo baja medio punto mensualmente hasta llegar al 18% a fin del primer mandato del presidente Mauricio Macri”. Los ingresos adicionales para la Nación por esta medida son de $1.500 millones en 2018 y $12.000 millones en 2019.

Con respecto al FFS, el titular de la cartera agroindustrial, señaló: “Ese fondo que iba a las provincias se reemplaza con el aumento de la coparticipación que pasó del 24% al 34%”. Cabe señalar que este fondo fue creado en 2009, cuando las provincias solo recibían la cuarta parte de la recaudación de impuestos nacionales. En este caso, el ahorro fiscal para la Nación es de $ 8.500 millones en 2018 y $ 26.500 millones en 2019.

Con respecto al objetivo de las medidas dispuestas, indicó que “el propósito es quitar presión impositiva a todos los sectores productivos de Argentina y que de la mano de eso puedan ganar competitividad. Permanentemente vemos donde podemos reducir burocracia y abrir mercados para que cada una de esas actividades exprese su potencial, genere empleo y reduzca la pobreza”.

Ante la duda de muchos, aclaró que las retenciones para el trigo, el maíz, el girasol, la carne, la leche continúan en cero. Por último, afirmó que las medidas dispuestas son producto de un trabajo en equipo con los diferentes ministerios, y detalló: “Las tomó el Gobierno de manera coordinada, con la intención de ganar competitividad a través de la reducción impositiva, para que sea equitativo y cada uno aporte lo suyo”.

Según la cartera de Hacienda que conduce Nicolás Dujovne, los decretos dispuestos se enmarcan en el proceso de convergencia al equilibrio fiscal para 2020.

Las entidades

Por otro lado, al ser consultado sobre la reacción de la Mesa de Enlace, el titular de la cartera agroindustrial, señaló que “lo tomaron muy bien”, y recordó que que esa diferencia venía de 1990. Del acuerdo al desacuerdo. El titular de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina, se mostró a favor de los anuncios y expresó: “La equiparación de los derechos de exportación del poroto de soja con respecto a los de la harina y el aceite es un reclamo histórico de la producción que finalmente fue escuchado”. Si bien reconoció que deben ser cautelosos acerca del impacto que esta medida podría tener en toda la cadena y el mercado en el corto plazo, apuntó: “Creemos que a la larga va a generar mejores precios para los productores y menos reclamos de dumping a nivel internacional, lo que redundará en nuevos mercados y oportunidades comerciales para el país”. En cuanto a la eliminación del FFS consideró que va en línea con la generación de un sistema tributario basado en impuestos menos distorsivos, y constituye un desaliento a la implementación de retenciones, y enfatizó: “Argentina necesita menos impuestos, menos distorsivos y más fáciles de pagar”.

Según pudo saber El Economista, Confederaciones Rurales Argentinas, también se mostró de acuerdo con la eliminación del FFS. Por su parte, Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro, manifestó disconformidad con los anuncios, ya que en Twitter, publicó: “Las medidas apuntan a mejorar el aspecto financiero y no tienen el cuenta el desarrollo productivo”. En la misma línea, el presidente de la Federación Agraria Argentina , Omar Príncipe, resaltó: “Hace cerca de un mes que estuvimos con el presidente de la Nación y nos confirmó que no iba a haber cambios en los esquemas de retenciones. En principio esto afecta a la industria, porque las modificaciones que se anunciaron son para ellos. Sin embargo, hay que estar expectantes, porque ha ocurrido en otros momentos que situaciones así terminaron recayendo de manera indirecta sobre los productores agropecuarios. Eso nos da incertidumbre”. A su vez, señaló: “Lo que más impacto tiene sobre el interior del país es la eliminación del FFS, porque era lo que se repartía en las provincias de los recursos del Estado, y creo que estos mil millones de dólares que van a desaparecer van a impactar fuertemente en cada municipio, en cada comuna y en las mismas provincias, que contaban con estos recursos”.

Enojo en la industria

Los anuncios de la cartera de Hacienda generaron diferentes reacciones. Tan es así que la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) expresó sorpresa y preocupación por los perjuicios que ocasionará la suspensión por seis meses la baja establecida en los derechos de exportación de harina y aceite de soja. En este sentido, argumentaron: “La agroindustria prevé, como probables efectos negativos, la caída de transacciones de principal sector exportador de la Argentina, lo que afectaría la recaudación fiscal que se ha proyectado; así como la menor capacidad de compra de la agroindustria y la elevación de la capacidad ociosa del principal complejo oleaginoso del mundo, estimulando indirectamente la primarización de la agroexportación al exportarse con menos valor agregado”.

En la misma sintonía, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), no tardó demasiado en manifestarse. Mediante un comunicado titulado “Dos veces contra la misma piedra”, resaltó que “un incremento temporario de ingresos fiscales por retenciones provocará un impacto muy grave en toda la agroindustria”. En este sentido, desde la Bolsa rosarina justificaron su posición: “Esta medida fiscal causa gran preocupación por los gravísimos efectos que su implementación provocará en la cadena de comercialización de la oleaginosa al no contemplarse aspectos básicos del proceso de ventas al exterior de granos y productos agroindustriales, como los aceites y harinas proteicas, que representan, aproximadamente, un tercio del total de las exportaciones argentinas”. Para la BCR, el castigo al principal complejo exportador de la economía nacional no hará más que agravar el déficit comercial y limitar la principal fuente de obtención de divisas, potenciando la vulnerabilidad de la macroeconomía argentina.

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