Sergio Marchionne murió ayer, pero siempre será recordado por haber salvado a Fiat en un momento muy difícil. En 2003 la empresa había tenido fuertes pérdidas y cuando Marchione asumió como administrador delegado el 1° de junio de 2004 la acción valía 1,61 euros y este año llegó a valer 20 euros.
El gran salto se produjo en 2008 cuando Marchione convenció a bancos, a sindicatos y a los gobiernos de Canadá y Estados Unidos que aceptasen que Fiat se haga cargo de Chrysler, que estaba en una situación crítica. Allí nació Fiat Chrysler Automobiles. En los últimos tiempos, el desempeño de las acciones de Fca superó ampliamente a las del resto de la industria. Cuando Marchionne asumió como CEO de Fca el 13 de octubre de 2014, la acción valía 4,69 euros y por lo tanto cuadruplicó su valor en los últimos cuatro años. Marchione era un convencido de que la industria automotriz debía concentrarse y por eso no descartaba ninguna negociación.
Los mercados están expectantes para ver como la empresa procesa la sucesión del carismático Marchione y por eso ayer la acción de Fca en la Bolsa de Milán FCA se desplomó 15%.
La persona recientemente designada para suceder a Marchione, cuando se agravó su estado de salud, es Mike Manley, un británico que estaba a cargo de la marca Jeep, que fue en los últimos años una de las joyas del grupo dado que creció 163% desde 2009. Manley sostuvo que mantendrá el objetivo de duplicar las ganancias en los próximos cinco años y, para lograrlo, es clave el éxito de Jeep. Otro desafío será el de mejorar la performance de la empresa en China.
El grupo que lidera John Elkann, elegido para ese cargo por su abuelo, el mítico Gianni Agnelli, decidió rápidamente la sucesión de Marchione para evitar que el mercado castigue más de la cuenta el valor de las acciones de la empresa
