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El salario mínimo, en su nivel más bajo desde 2005

En la CTA advierten que el retroceso del salario real podría agudizarse aún más en los próximos meses

28 junio de 2018

Por Juan Strasnoy Peyre

La pérdida de poder adquisitivo es una de las principales preocupaciones alimentada por la crisis cambiaria y la aceleración inflacionaria. Pero el deterioro de los salarios no comenzó en mayo. Un informe del Observatorio del Derecho Social (ODS) de la CTA Autónoma muestra que ya en el primer trimestre las remuneraciones de los asalariados privados cayeron 0,6% interanual en términos reales luego de tres trimestres de leve alza. Así, el salario real se ubicó en el nivel más bajo para el 1º T desde 2011. El panorama es aun peor para el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM): perdió 6,3% interanual de valor promedio y alcanzó el nivel más bajo desde 2005. De no mediar cambios drásticos, el derrumbe del poder adquisitivo se acentuará en los próximos meses.

Mínimo

El SMVM, además de fijar el piso salarial para una jornada laboral de ocho horas, condiciona el monto que perciben los beneficiarios de planes sociales (pautado en la mitad de un salario mínimo) y, por ende, es clave para las mediciones de pobreza e indigencia. Desde enero de 2018, está ubicado en $9.500 y en julio pasará a $10.000, lo que plantea una profundización de la caída iniciada en 2012 (ver gráfico), cuando alcanzó su máximo valor.

Para el ODS, el SMVM “ha perdido todo efecto virtuoso sobre las remuneraciones de los trabajadores registrados del sector privado".  Agregó: "En efecto, en 2017 representaba el 35% del promedio de las remuneraciones, mientras que en 2007 esta relación era del 45%”.

Lo que viene

La pérdida de 0,6% interanual del poder adquisitivo de los salarios privados en el 1º T, que lo lleva a los niveles de 2011, es el preludio de lo que llegará con los próximos datos. Así lo considera el observatorio que coordina Luis Campos: “Esta caída adelanta un comportamiento que previsiblemente se prolongará durante el resto del año. Por un lado, debido a que el Gobierno intentó utilizar las negociaciones salariales como ancla anti inflacionaria; por el otro, porque la expectativa de inflación oficial, ubicada en 27% anual (+/-5%) se encuentra muy por encima de los aumentos incluidos en las paritarias del orden del 15%. El resultado de este proceso comenzará a observarse en el 2º T”. falta conocer ver cual será el resultado de la reapertura de paritarias que avalaría el Ejecutivo tras el paro general, que dependerá de la fuerza que tenga cada sector para pulsear por una mejor recomposición.

Un panorama incluso más adverso les espera a los estatales, que en el 1º T perdieron 0,8% interanual de su poder adquisitivo y acumularon un retroceso del 10,5% respecto del 4º T de 2015, según el informe.

Preocupa el empleo

Más allá de que, como ya consignó El Economista, los datos oficiales del 1º T mostraron continuidad del moderado crecimiento, el ODS sostiene que hay elementos que ponen una luz de alerta sobre el mercado laboral. Por un lado, “las modalidades de inserción ocupacional que más crecen continúan siendo aquellas que presentan mayores niveles de precariedad e inestabilidad”, lo que en un escenario recesivo constituye una amenaza para los “cuentapropistas”. Por otro, el lugar de la construcción como sostén de la creación de empleo: “Ello agrava aun más el impacto negativo que podrán tener los recortes en la obra pública anunciados por el Gobierno para el segundo semestre y que fueron comprometidos como parte del acuerdo con el FMI”.

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