Andrés Rodríguez firmó y los estatales recibirán a partir de julio un aumento de 15% en tres cuotas más un bono de $2.000 (a cobrar en junio por única vez) y una cláusula de revisión que se activará recién en marzo de 2019. La paritaria que firmó UPCN pero rechazó ATE incluye también un cese de despidos por 60 días. El acuerdo llegó en pleno ajuste del gasto público y aceleración de la inflación, que el REM de mayo estimó en 27,1% para 2018. En contaste, Hugo Moyano insiste en exigir que la suba salarial para los camioneros no sea menor a la proyección inflacionaria.
El convenio sellado por UPCN implicará una importante pérdida de poder adquisitivo para los trabajadores del Estado. Se trata de una de las paritarias más difíciles de defender para los dirigentes gremiales: tras amagar la semana pasada con iniciar un conflicto ante la oferta oficial de 12% en dos cuotas, Rodríguez acató la pauta que aceptaron la mayoría de los gremios “dialoguistas” en la primera tandas de acuerdos salariales, pero con el agravante de que la estimación de inflación para 2018 de los analistas el mercado consultados por el BCRA saltó del 20,3% en marzo al 27,1% en mayo. Incluso para los próximos doce meses (período de vigencia de la paritaria estatal), el REM pronosticó un alza de precios de 22,2%.
¿Qué argumentó el gremio para firmar? Que en un “contexto de recorte del gasto público” debió priorizar “la preservación de los puestos de trabajo”. Una verdad a medias. El viernes, los ministros Nicolás Dujovne y Andrés Ibarra anunciaron un congelamiento por dos años de los ingresos al Estado y la no renovación a fin de año de los contratos mediados por universidades. Pero el recorte no quedará ahí: en el marco de las negociaciones con el FMI, funcionarios del Ejecutivo dejaron trascender que planean deshacerse de otros 5.000 empleados de la Administración Pública Nacional y que estudian cómo reducir el plantel de los organismos descentralizados. Una política que no se frenará con la tregua por dos meses pactada con UPCN. De hecho, la sangría en el Estado ya empezó con la pérdida de unos 15.000 empleos en el primer trimestre.
Por su parte, ATE “rechazó rotundamente la propuesta”, a la que calificó como una “rebaja salarial”, y reafirmó su planteo de recomposición de 25%.
Desde su actual postura de mayor confrontación, el adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, ratificó ayer la decisión de no aceptar una paritaria que pierda con la inflación. “Pedimos el 27% de aumento, nos ofrecieron el 15. No vamos a firmar”, dijo y reiteró que están dispuestos a hacer un paro nacional.
