No es tanto una novedad, aunque pone en los papeles lo que se veía venir: la corrida y devaluación de mayo hicieron saltar los pronósticos inflacionarios. No sólo de los analistas económicos (el REM de mayo sale el próximo lunes y mostrará ese dato), que ya van anunciando que la interanual de diciembre no bajará de 25%, sino también las de la calle que releva la UTDT y las de los empresarios Pyme. Según una encuesta de CERX trepó a una inflación esperada de 27,3% para los próximos doce meses. Así va quedando descartada la idea de una desaceleración en 2018.
¿Y la meta?
La interanual de diciembre del 2017 dio 24,8%. No quedan prácticamente actores, salvo el Gobierno, que sigue firme con su meta de 15%. Desde CERX afirmaron: “La corrida cambiaria de mayo deterioró fuerte las expectativas de inflación de las empresas: para los próximos doce meses esperan que los precios suban 27,3%, quedando atrás un posible escenario de desaceleración inflacionaria frente a lo que fue 2017”. Y detallaron: “Las expectativas de inflación promedio subieron 4,2 puntos porcentuales frente a lo que se esperaba en abril (de 23,1% a 27,3%) y la mediana subió 5 puntos (de 20% a 25%), tal como surge del promedio de las respuestas brindadas por 542 empresarios pequeños y medianos del país consultados entre el 23 y 31 de mayo”.
El informe publicado ayer sostuvo que “lo que más impactó en las expectativas de inflación fue el incremento en el tipo de cambio, tanto en el sector industrial donde ya se sintieron algunas subas en insumos y bienes intermedios, como en aquellos comercios que venden productos importados”.
Gap de credibilidad
Los datos se parecen a los publicados por la UTDT para las expectativas inflacionarias de “la calle”. El informe de mayo de este indicador salió hace poco más de una semana y reflejó una suba de la inflación esperada, que llegó a 33,7% para los próximos 12 meses, según el promedio de los 1200 consultados a nivel nacional, y de 25% para la mediana. Así, todo parece indicar que en mayo se agrandó con fuerza el gap de credibilidad, al que tantas veces se refirió el presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, entre la meta inflacionaria y las expectativas de los actores.
