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El Gobierno buscó desacreditar el paro sin dinamitar puentes

Más allá de las críticas, el Gobierno quiere que mantener canales abiertos

26 junio de 2018

Tres ejes tuvo la respuesta del Gobierno a la medida de fuerza de la CGT de ayer. Por un lado, intentó desacreditar el paro destacando su carácter supuesto político-partidario y señalando el costo económico que le medida ocasionó. En segundo lugar, dejó en claro que no está en discusión el sentido de la política económica. Y, en tercer lugar, destacó la necesidad de avanzar en acuerdos posibles con los sectores más proclives al diálogo, por lo que dejó abierta la puerta para futuras negociaciones con la misma CGT que ayer protagonizó el paro.

“Los paros no contribuyen a nada y no suman”, fue la temprana respuesta del presidente Mauricio Macri, desde Tandil. “No creo que haya habido un Gobierno en décadas con tanta preocupación por el empleo, por el trabajador, por generar nuevas oportunidades, por fortalecer los empleos que tenemos y crear nuevos”, agregó en una radio local, para dejar instalado el tono de defensa de la gestión que encabeza. Del mismo modo, consideró inamovible el rumbo del Gobierno. “Vamos a seguir haciendo lo que venimos realizando en conjunto”, concluyó.

Más tarde, el ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio, se convirtió en uno de los voceros del Gobierno para responder a las críticas de la CGT. Aseguró que la huelga fue “claramente un paro político, sin consignas claras” y señaló que el diálogo con los dirigentes gremiales sigue abierto. “La situación no es fácil, nosotros nunca dijimos que sería un camino sencillo sacar a la Argentina después de tantos años de errores en políticas públicas. Pero insistimos estamos convencidos de que es el único camino posible. Y vamos a ser persistentes por primera vez en la Historia de la Argentina en un camino que nos va a sacar adelante”, consideró el ministro. Como lo había hecho Macri antes, Frigerio también pretendió dejar en claro que no está en juego con la medida cambio posible en el “modelo económico” y consideró que la mesa de negociaciones sigue abierta. Tambi´´en anticipó que hoy se reunirá con dirigentes de la Uocra.

Por su parte, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, se esforzó por diferenciar a los dirigentes convocantes al paro y señaló que, si bien la medida de fuerza “no afecta a la democracia”, advirtió sí que “hay intereses que lo que buscan es debilitar al Gobierno y generar inestabilidad”. Además, circunscribió el paro a Buenos Aires y sus alrededores por la paralización total del transporte, a diferencia del interior y señaló que el Gobierno está “trabajando sobre la recomposición del poder adquisitivo del salario” y “no deja de mirar los problemas de la gente”. No lo confirmó, pero dejó entrever mayor margen para que las paritarias tengan un nuevo capítulo que intente acortar la brecha con la inflación. Respecto de los dirigentes apuntó contra Hugo Moyano, pero también contra algunos sectores moderados. “Muchos dirigentes tienen que sostener lo que dicen adentro del despacho de un ministro, porque después cambian y dicen otra cosa”, señaló respecto de los llamados “gordos” e “independientes”. Pero avanzar más allá en la crítica. Sabe que serán sus interlocutores en los próximos días.

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