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“El fintech debe volver a la calle”

El Economista dialogó con Federico Nano (CEO de El Callao)

26 junio de 2018

Entrevista a Federico Nano CEO de El Callao Por Florencia Barreiro 

Federico Nano es el actual CEO de una nueva estrella en la constelación de las Fintech. Junto a Silvio Pestrin Farina (uno de los creadores de Patagon.com) y luego de hacer base en Estados Unidos de la mano de Ella Cisneros, desembarca en Argentina con El Callao, una plataforma transaccional para personas no bancarizadas. Nano fue el fundador del precursor medio de pago digital Monedero que primero pasó a formar parte del Grupo Roggio, dueño de Metrovías, y luego fue vendido a Prisma (Visa) por US$ 35 millones. En su nuevo emprendimiento vuelve a apostar por los servicios financieros de la era digital, con el foco puesto en el público masivo. Cualquier persona con un celular puede tener su cuenta virtual de El Callao sin costos, y realizar pagos a través de ella. En una entrevista con El Economista, el emprendedor revela qué necesidad cubre la app de El Callao y por qué hay que valorar el mundo de los negocios de ladrillo y los servicios financieros tradicionales para poder tener éxito.

¿Qué los inspiró a la creación de El Callao?

Después de la venta de Monedero teníamos un acuerdo para no competir con un producto similar por tres años. Mi idea era en algún momento volver a armar una plataforma financiera pero que no se limitara a Argentina. Al igual que Monedero el público al que apuntamos con El Callao es el no bancarizado, pero con una visión más amplia: diseñamos un producto que pudiera estar en los países latinoamericanos y, a su vez, en Estados Unidos.

¿Por qué eligieron desembarcar primero en Estados Unidos?

El modelo elegido puso el foco en el corredor de remesas. Por eso nuestro mercado es América Latina pero también Estados Unidos y España. En Estados Unidos se remesaron US$ 55.000 millones de dólares a América Latina. En España el año pasado esta cifra se disparó a US$ 9.500 millones. En Estados Unidos hay 45 millones de latinos y 25 millones no están bancarizados. Aunque a los norteamericanos no les guste decirlo, cerca del 30% no está bancarizado.

Y después de Argentina, ¿cómo es el plan de expansión?

Luego del desembarco en Argentina, el plan incluye a Paraguay y a la República Dominicana. En Argentina hay una comunidad paraguaya enorme y queremos formar parte del corredor de remesas entre Buenos Aires y Asunción. Lo mismo pasa en New York con la comunidad dominicana. Por eso, estos son los dos mercados naturales para nuestros próximos lanzamientos. Y luego iremos a España, donde todavía estamos buscando socios locales.

¿Qué oportunidad presenta el mercado local de los no bancarizados?

Los números en Argentina hablan de 50% o 60% de las personas bancarizadas pero yo te diría que el número real araña el 40%. Existe un grupo que no está bancarizado y también otro que tiene una cuenta a la fuerza pero no utiliza ningún servicio del banco. Aquí entran los que reciben un subsidio, un plan estatal o una pensión, entre otros. Está demostrado que una persona que fue bancarizada a la fuerza tarda 27 horas en retirar todo el dinero del banco.

¿Cómo fue el acercamiento al grupo venezolano Cisneros?

Después de la venta de Monedero me dediqué a crear una incubadora y así me acerqué a la familia Cisneros, especialmente a Ella Cisneros. Además de tener peso en Venezuela, Ella es una persona muy conocida en el ámbito de empresarios latinos en Estados Unidos. Y fue en ese momento de intercambio que decidimos hacer juntos un banco para los latinoamericanos no bancarizados.

En Argentina se asociaron con Flecha Bus y también buscaron un socio en Estados Unidos. ¿Por qué eligen partners para el lanzamiento en cada mercado?

Yo no nado en aguas abiertas. Prefiero nadar en lagunas, ríos, lagos o arroyos o a lo sumo en un mar cerrado. Sería imposible proponer un plan de expansión si yo nadara en aguas abiertas qué es lo que hacen muchas fintech. Siempre trato de buscar socios que cumplan dos condiciones. La primera es que tengan una base de usuarios activos y, la otra, que tengan puntos de venta físicos. Si bien mi modelo es digital, el Callao está ligado a la vieja escuela. A pesar de ser digital, sigue la tradición de llevar al usuario al punto físico. Flecha Bus, al tener 7.000 boleterías en la Argentina, me permite tener una red de sucursales y “corresponsalías bancarias”.

¿Ustedes son una competencia para los bancos?

Creo en la banca tradicional y soy un convencido de que tiene una misión importante y que tiene que seguir existiendo. Muchas fintech parecen hoy estar peleándose con el banco. No tengo como objetivo competir con comisiones más baratas que el banco, ni derrotarlos. Quiero ser un interlocutor del banco con los no bancarizados. De todas maneras, creo que la nueva ola de fintech va a servir para que la regulación y los bancos flexibilicen un poco más sus esquemas y abran un poco más la cabeza.

¿Están preocupados por las regulaciones?

Lo primero que hicimos fue sentarnos con diferentes estudios de abogados para entender qué era lo que no podíamos hacer. Nosotros no podemos intermediar el dinero de nuestros depositantes. No podemos dar préstamos. El día que yo tome un depósito y se lo dé a un tercero me tengo que regular como cualquier banco. Funcionamos como administradores de la cuenta virtual de nuestros clientes. Para el resto de los servicios, buscamos terceros que ya tengan experiencia y que necesiten una plataforma digital para poder tener acceso a ese grupo de la base de la pirámide que no está bancarizado.

¿Qué expectativas tienen en Argentina?

Actualmente tenemos 25.000 cuentas y esperamos expandirnos a 1 millón en un año. Claro que estamos trabajando sobre una base de 8 millones de usuarios que son clientes de Flecha Bus. Incluso la empresa está proponiendo manejar los viáticos de todos los choferes, lo que supone sumar de una vez 15.000 empleados y sus familias.

¿Hacia dónde cree que se dirige el mercado de las fintech?

El mercado fintech debe volver a las fuentes, tiene que volver a la calle. Yo creo que la verdadera innovación es volver a la calle y devolverle a que la gente la posibilidad de tener servicios financieros al alcance de la mano. La tecnología y el celular lo hacen posible pero creo que nos equivocamos si solo hablamos de criptomonedas o festejamos que tenemos un punto menos de comisión que el banco. A la gente le sirve que uno esté en la calle con ellos, trabajando en un modelo que apunten a la inclusión financiera.

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