Argentina, coinciden todos los expertos, va camino a una nueva recesión. No es la primera, obviamente y tampoco será la última, desgraciadamente. Si las cosas salen bien, será breve y poco profunda, pero una recesión al fin.
Además de ser la segunda en la era de Mauricio Macri, será nada menos que la décima desde el retorno de la democracia en 1983. El Plan Austral de 1985, la hiperinflación del '89-90, el Tequila en 1995, la crisis de Brasil y Rusia hacia fines de los '90, el fin de la Convertibilidad unos años después, la crisis suprime (y el conflicto con el agro) en 2008, la devaluación de Axel Kicillof en 2014, la de 2016 y, ahora, la de 2018.
Un triste y costoso track record. Como decía Ortega y Gasset hace un tiempo largo ya, “argentinos, a las cosas”. Sigue siendo válido.
