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La licitación de Lebac más importante de la era Cambiemos

Cualquiera sea la opción que decida llevar adelante el BCRA para resolver la corrida acarrea el mismo problema: el público ya lo percibió vulnerable

14 mayo de 2018

Por Guido Lorenzo ACM

Desde que asumió Cambiemos, ninguna licitación de Lebac fue tan importante como la de mañana. La posibilidad de dejar un excedente de pesos en la calle es peligrosa en medio de la corrida cambiaria. Para ello, el BCRA estuvo tomando medidas para que el roll-over de las letras esté garantizado y no se genere pánico por no recibir posturas sobre las letras. El rolling de las Lebac será un éxito a las tasas de mercado (40%-45%).

La señal seguramente sea bien tomada por parte del mercado pero hay que ver si con esto basta para que cese la corrida cambiaria. Hay que entender que la corrida no tiene que ver con la oferta y demanda de pesos ni de letras sino con un fenómeno que se viene advirtiendo hace tiempo: el déficit de cuenta corriente. Cuando los agentes se dan cuenta de que el mismo no es sostenible en el tiempo, toman las medidas necesarias para dolarizarse.

Aquí es donde algunos confunden el rol del FMI. El organismo internacional no va a venir a cubrir una fuga de capitales para que un gobierno haga populismo cambiario. Por el contrario, el FMI otorga el financiamiento siempre y cuando se asegure que los fondos que presta puedan ser devueltos y, para eso, necesita asegurarse la solidez de la política económica.

El rolling de las Lebac será un éxito a las tasas de 40%-45% y la señal seguramente sea bien tomada por el mercado

Por un lado, la exitosa licitación de Lebac traerá paz. Sin embargo, el déficit de cuenta corriente y la deteriorada hoja de balance del BCRA inevitablemente harán que, tarde o temprano, se renueve la corrida contra el peso.

La solución no sería tan difícil si no fuera por el siguiente desacople: el tipo de cambio que licúa los pasivos no monetarios del BCRA y que, por lo tanto, hace que cese cualquier corrida especulativa desde el punto de vista financiero es mucho más alto que el tipo de cambio que la cuenta corriente requiere para equilibrarse. Es por ello que la estrategia de dejar flotar la moneda libremente puede ser traumática pues la sobrerreacción sobre el tipo de cambio puede llevar el precio de la divisa a un nivel muy por encima del compatible con el de equilibrio de cuenta corriente. La consecuencia del traslado a precios, las elevadas tasas de interés y sus efectos sobre el lado real de la economía pueden traer consecuencias traumáticas.

El organismo internacional no va a venir a cubrir una fuga de capitales para que un gobierno haga populismo cambiario

La otra opción es la que estamos viendo: la devaluación monitoreada por el BCRA. Esta estrategia, si bien lleva el tipo de cambio en forma más suave, lo que hace es perpetuar la situación en el tiempo a la vez que se pierden reservas internacionales, sube la tasa de interés y se generan redistribuciones de ingreso abruptas producto de decisiones tomadas para evitar males mayores como, por ejemplo, la decisión de hoy de dejar que los bancos computen encajes con Lebac, haciendo que los encajes sean remunerados, o bien, vendiendo divisas a un precio bajo durante semanas cuando era claro que el valor del peso debería deslizarse.

Cualquiera sea la opción que decida llevar adelante el BCRA acarrea el mismo problema: el público ya lo percibió vulnerable. Ya sabe que el stock de Lebac no está soportado por la cantidad necesaria de reservas de libre disponibilidad y al mismo tiempo parece que se hizo evidente que el déficit de cuenta corriente es el verdadero problema del modelo: un país no puede gastar más de lo que produce durante mucho tiempo.

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