El Directorio Ejecutivo del FMI, el máximo escalafón institucional del organismo, se reunió hoy en Washington para tratar la solicitud de respaldo financiero pedida por Argentina la semana pasada.
La reunión fue una oportunidad para que el personal técnico, que venía llevando adelante la negociación, pusiera al board al día de la evolución económica reciente en Argentina y presentara en más detalle el programa del Gobierno.
La reunión estuvo presidida por la Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde, que realizó declaraciones tras el encuentro.
"Desde que el Gobierno de (Mauricio) Macri entró en funciones, Argentina ha estado dedicada a una transformación fundamental y positiva de la economía", destacó Lagarde
“Desde que el Gobierno de (Mauricio) Macri entró en funciones, Argentina ha estado dedicada a una transformación fundamental y positiva de la economía. Aunque muchas políticas han procedido con rapidez, el Gobierno también ha sido consciente de la necesidad de forjar y mantener el consenso social al calibrar el ritmo del programa de reforma, incluido el ajuste fiscal. Había una comprensión clara de que ese enfoque acarreaba ciertas vulnerabilidades”, dijo Lagarde, sugiriendo la necesidad de cierto gradualismo para mantener lo que llama “el consenso social”.
“Argentina está enfrentando una volatilidad financiera significativa, en parte debido a la constricción de las condiciones financieras internacionales y también tras la sequía que dañó la producción agrícola nacional”, dijo la francesa. “Es en este contexto que las autoridades argentinas solicitaron nuestro respaldo para contribuir a contrarrestar esta volatilidad en los mercados y proteger el crecimiento, la creación de empleo y la cohesión social del país”, agregó la N°1 del FMI. Un respaldo que, especificó, vendría en la forma de un “stand-by de acceso excepcional”.
La delegación de Argentina en Washignton está compuesta por Guido Sandleris y Rodrigo Pena (ambos de Hacienda) y Santiago Bausili (Finanzas)
“Las autoridades recalcaron que los objetivos del programa incluirían el establecimiento de una trayectoria clara hacia un crecimiento fuerte, sostenido e inclusivo y la sólida creación de empleo; el restablecimiento de la confianza de los mercados a través de un programa macroeconómico claro que reduzca las necesidades de financiamiento y encauce la deuda pública por una firme trayectoria descendiente; y, fundamentalmente, la protección de los estratos sociales más vulnerables durante esta transición. Estos objetivos cuentan con nuestro pleno respaldo”, dijo Lagarde.
“Nuestro objetivo común es llevar el diálogo a una rápida culminación”, ratificó Lagrade.
Más allá de que no trascendieron cifras, según pudo averiguar El Economista, el Gobierno pediría hasta US$ 40.000 millones para calmar el mercado ante eventuales futuras turbulencias y tener un stock asegurado para enfrentar las enormes necesidades de financiamiento que tiene el país hasta las elecciones de 2019.
