El viernes, en Gualeguaychú, Entre Ríos, el jefe de la bancada de Argentina Federal en el Senado, Miguel Angel Pichetto, intentará mostrar su capacidad de hilvanar acuerdos más allá del Congreso. Allí espera que un grupo de dirigentes peronistas se sume a su cita para establecer algunos parámetros sobre una estrategia electoral posible para el peronismo en 2019. Entre los invitados estaban los gobernadores justicialistas, actores importantes en el trazado de su juego. Pero, hasta aquí, sólo pudo sumar al mandatario local, Gustavo Bordet. Mientras espera un guiño del salteño Juan Manuel Urtubey, el más interesado en que esta confluencia prospere, y pretende sumar a Sergio Massa y Florencio Randazzo a su núcleo de aliados.
Espera un guiño de Urtubey, el más interesado con esa confluencia, y pretende sumar a Massa y Randazzo como aliados
Pichetto se ofrece como punto de encuentro del peronismo no kirchnerista o antikirchnerista. En el Senado lidera el bloque de legisladores cercanos o que responden a los gobernadores, mientras mantiene contactos estrechos con su contraparte en Diputados. Pedro Guastavino será el anfitrión, y se da por descontada la presencia del cordobés Carlos Caserio, que responde al gobernador Juan Schiaretti y a su antecesor Juan Manuel de la Sota, el correntino Carlos “Camau” Espínola y el santafesino Omar Perotti, las caras más conocidas del bloque de 25 senadores que se referencian con el rionegrino. Mientras que el Pablo Kosiner, mano parlamentaria de Urtubey, el entrerriano Juan José Bahillo y el bonaerense y Diego Bossio también dieron señales de que estarán presentes en el encuentro.
Pichetto, a su vez, es uno de los canales de negociación entre el Gobierno y la oposición peronista más conciliadora. El encuentro, la semana pasada, con el presidente Mauricio Macri, en Casa Rosada, para iniciar las negociaciones parlamentarias sobre la candidatura de Inés Weinberg de Roca a la Procuración General de la Nación habla de ello. En esa ocasión, Pichetto le anticipó a Macri que no existía animadversión contra la postulante sugerida por la Casa Rosada, pero que “debe mostrar una solidez muy alta para ocupar el cargo”, ya que se necesitan los dos tercios de los votos favorables de los integrantes de la Cámara Alta presentes en sesión. “Nuestro bloque debatirá internamente sobre el desempeño de la candidata luego de que recorra todo el procedimiento en el Senado para lograr su designación”, sostuvo entonces Pichetto, según sus voceros.
Los gobernadores pretenden cuidar las formas, evitar fotos inconvenientes y no anticipar los tiempos electorales
La ausencia de los gobernadores, señalan cerca del rionegrino, se debe a la decisión de cuidar las formas y no anticipar los tiempos electorales. Los mandatarios provinciales, en su mayoría, pretenden mantener una buena relación con el Gobierno y dejar para principios del año próximo, las discusiones sobre posibles candidaturas del sector. Aunque ya aparecen algunos anotados. Urtubey es uno de ellos, que tiene el beneplácito de Pichetto y simpatías en algunos pares, como la fueguina Rosana Bertone, que la semana pasada lanzó informalmente la candidatura del salteño. Schiaretti es otro de los dirigentes con pretenciones. Al igual que Urtubey viene golpeado por la derrota de su lista en octubre pasado, pero pretende hacerse fuerte en su provincia para comandar una posible reedición de la liga de gobernadores. El sanjuanino Sergio Uñac, victorioso en el último turno, se bajó rápidamente de cualquier posibilidad y ya avisó que irá por la reelección en su provincia.
Pichetto piensa el encuentro como una contracumbre respecto de la que encabezó el gobernador puntano Alberto Rodríguez Saá, con mayoría de dirigentes kirchneristas y una línea política más dura con el Gobierno Nacional.
