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La caída de la pobreza se frenaría por el pico inflacionario

El 25,7% de pobreza que publicó el Indec durante la semana pasada sigue generando comentarios

03 abril de 2018

Por Mariano Cúparo Ortiz 

Sigue el debate acerca del notable dato sobre la pobreza que publicó la semana pasada el Indec, con una fuerte caída del índice, que llegó hasta 25,7% y logró marcar un piso para las últimas décadas. La sorpresa que generó la contundencia del dato y las explicaciones de los analistas, por un lado, y las perspectivas para lo que se viene, por el otro, son los elementos que movilizan las discusiones. La suba de la inflación interrumpiría el ritmo veloz de la caída del indicador.

La discusión

Si bien el apagón estadístico de fines de 2015 y principios de 2017 no permite realizar una comparación oficial entre el número publicado durante la semana pasada por el Indec para fines de 2017 y lo que se dio hacia fines del gobierno anterior, existe una estimación del investigador del Idaes, de la Universidad de San Martín, Daniel Schteingart, que la sitúa en 27,7% para fines de 2015. También desde el Cedlas, de la Universidad de La Plata, publicaron una línea histórica comparable para la nueva metodología que, si bien deja vacante el dato del cierre de 2015, muestra que en los mejores años para la serie, durante el kirchnerismo, la pobreza estuvo por encima de 27%. De ahí que el nuevo dato publicado por el Indec mostró un nuevo piso: su mínimo histórico. Ahí se dispararon las discusiones. El último Panorama Semanal de Federico Muñoz las reseñó: “No han faltado quienes relativizaran la notable mejoría del indicador argumentando que descansaría en un fuerte aumento del empleo precario. Otros advierten que la sensible aceleración de la inflación en el inicio del 2018 provocaría un nuevo deterioro de la variable. Finalmente, un último grupo puso en duda la confiabilidad de los datos recientemente reportados por el Indec sin más pruebas que sus prejuicios “. En una lectura política, Muñoz concluye que a la oposición le cuesta reconocer este logro del Gobierno.

Algunas explicaciones

Tal como explicó Schteingart, la mejora en el empleo explica en buena forma la caída de la tasa de pobreza durante 2017. “Gente que antes no trabajaba ahora tiene un empleo. Precario pero empleo al fin”, dijo. Ahí, si bien la creación empleo tiene base en el empleo precario, con prevalencia de monotributistas y no registrados, todavía tendría un buen efecto para superar la línea de la pobreza.

Una pregunta surgió también desde otro dato publicado durante la semana pasada por el Indec: el Indice de Salarios mostró que el ingreso de los asalariados registrados, el único sobre el que se puede establecer una comparación por el mencionado apagón estadístico, creció 70,1% (y 65,4% entre diciembre de 2015 y el mismo mes de 2017. Mientras que la inflación del IPC CABA, la que en su momento el Gobierno señaló como oficial mientras la medición del Indec estuvo interrumpida, incrementó 80,7% en el mismo período (y 77,8% entre diciembre de 2015 y el mismo mes de 2017).

Es decir, la inflación yendo por encima de los salarios. Consultado por El Economista, Schteingart explicó: “Es algo que yo también me pregunté. El tema es que los salarios registrados son sólo una parte del panorama. Al parecer (y contraintuitivamente) el salario informal y el ingreso cuentapropista subieron más que el salario formal”.

Acerca de cómo puede ser que el trabajo no registrado dé incrementos salariales superiores al registrado, brindó otra explicación: “Es posible que con mayor actividad económica trabajes más horas y con eso más que sube el salario”. También explicó que el IPC CABA es, de todos los IPC, el que más subió desde 2015. “Los de las provincias subieron aproximadamente 71%”, señaló.

Por su parte, Muñoz afirmó que “la vigorosa generación de empleo (según la EPH, se crearon 650.000 puestos de trabajo en 2017), el generoso aumento de las transferencias estatales (jubilaciones, AUH y demás planes sociales) y la moderación de la inflación de la segunda mitad del año serían los principales factores explicativos de la notable mejoría del indicador”.

Lo que viene

La historia podría cambiar durante el primer semestre de 2018, si la inflación no afloja y los salarios corren por debajo, tal como se prevé. El especialista del Cedlas, Leopoldo Tornarolli, afirmó: “Dado que las expectativas de inflación no muestran una mejora tan fuerte en 2017-2018 como la que mostraron en 2016-2017 es probable que los resultados de las próximas mediciones de pobreza e indigencia muestren una mejora más lenta que la que ha mostrado la estimación presentada por Indec”.

Coincidió Schteingart: “Ahora volvió a recalentarse el costo de la canasta básica y eso se va a ver reflejado en la próxima medición de pobreza, que va a corresponder al primer semestre. Esta baja que se dio en el segundo semestre de 2017 es probable que no se repita. La tendencia es al estancamiento o incluso algunos hablan de una posible suba”.

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