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Datos positivos para Argentina

Los pronósticos son favorables para los indicadores que más influyen en la economía del país

18 abril de 2018

El escenario económico mundial se presenta favorable para Argentina en este momento. El viento de cola no sopla con la intensidad que lo hizo a principios de siglo aún se siente más allá de que existan riesgos que no se pueden soslayar. Es imposible explicar el desempeño de cualquier economía sin tener en cuenta lo que ocurre más allá de sus fronteras. Y precisamente una buena gestión de gobierno se caracteriza por aprovechar al máximo los ciclos favorables y minimizar todo lo posible las consecuencias negativas de los contextos externos adversos.

Aquí los datos que hay que mirar con atención por su impacto en la economía argentina:

El crecimiento global. La economía global crecerá 3,9% este año, su mayor registro desde 2011, lo cual es una buena noticia para todos los países. Además, se trata de una expansión sincronizada porque ninguna economía medianamente relevante sufrirá una recesión durante este año. Los pronósticos para las principales economías son favorables. Según la Reserva Federal, Estados Unidos crecerá 2,7% este año y la zona euro tendrá una expansión de 2,3% de acuerdo a la Comisión Europea. Pero el FMI es más optimista porque espera que crezcan 2,9% y 2,4% respectivamente. A su vez, el PIB de China subió 6,8% en el primer cuarto del año y los analistas estiman que se registrarán tasas similares en los próximos trimestres. Para el Fondo el crecimiento anual será de 6,6%. El mayor riesgo para este panorama sería que se agrave el conflicto entre Estados Unidos y China, aunque ese escenario es cada vez menos probable y el FMI estima que el comercio global crecerá 5,1% este año.

La actividad en Brasil. Después de dos años de fuerte contracción, la economía brasileña creció 1% el año pasado y para este año los analistas pronostican una expansión de 2,8% aunque el Gobierno apuesta a que llegará a 3%. Por otra parte, la producción industrial crecería casi 4% lo que es un buen dato para Argentina cuya industria es proveedora de insumos de la brasileña. Se estima que un crecimiento de 3% en Brasil le agrega medio punto a la suba del PIB argentino. La amenaza para esta evolución positiva podría provenir de la incertidumbre política asociada a las elecciones presidenciales de octubre. Pero hasta ahora, la economía siguió mejorando a pesar de la crisis política.

El precio de las commodities. La expansión global económica global, una demanda sostenida por parte de China y un dólar relativamente débil aseguran precios razonables para los productos que componen el grueso de la oferta exportadora de Argentina. El índice S&P GSCI de commodities subió 5% este año. Un dato favorable es que tres de los seis principales destinos de las exportaciones argentinas son países asiáticos que crecen a tasas altas: China, India y Vietnam. Y Argentina registra un superávit comercial con los dos últimas.

El valor del dólar. Es el dato en el cual se encuentran los pronósticos más contradictorios. Hay analistas que sostienen que el crecimiento de la economía estadounidense y la perspectiva de la suba de tasas deberían impulsar al dólar que recuperaría el valor que perdió desde comienzos de 2017. Otros, por el contrario, sostienen que dados los crecientes déficits gemelos, fiscal y monetario, la debilidad de la moneda estadounidense es inevitable. El segundo escenario parece el más probable y es el más conveniente para Argentina porque un dólar más bajo supone mejores precios para las materias primas. Además, un dólar más alto en el mundo obligaría a Argentina a devaluar ?con su consecuente impacto sobre la inflación? para no perder competitividad frente a otros países.

Las tasas de interés. Las tasas de interés en Estados Unidos que influyen en el costo del endeudamiento y la disponibilidad de capitales para el resto de los países tienen una tendencia alcista pero gradual. Ya quedaron atrás las políticas monetarias ultraexpansivas que pusieron en marcha los bancos centrales para salir de la crisis de 2008. La Fed subió la tasa en marzo y tiene previsto hacerlo dos veces más este año. Y la tasa de los bonos del Tesoro a 10 años también sube pero de manera moderada y todavía no llega al 3% anual. Por su parte, el Banco Central Europeo no tocaría las tasas en 2018. El riesgo para la estrategia gradualista para normalizar la política monetaria es que la inflación en Estados Unidos se acelere más de lo previsto y obligue a una suba abrupta de las tasas.

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