El índice de precios minoristas en Estados Unidos subió 0,2% en febrero y marcó una desaceleración con relación a enero, cuando aumentó 0,5%. La inflación básica, que excluye a los rubros más volátiles, también subió 0,2% en febrero y lo había hecho al 0,3% en enero.
Contra febrero del año pasado, la suba fue de 2,2% en el caso del índice general y del 1,8% para la inflación core. Los datos muestran que no hay una aceleración de la tasa de inflación, que se mantiene en niveles moderados. La semana que viene se reúne la Reserva Federal y se descuenta que subirá la tasa de interés en un cuarto de punto para llevarla a un rango de entre 1,5% y 1,75%. La duda es si luego de la suba de este mes habrá otras dos durante el año como se había anunciado o si serán tres. Igualmente, que se decida otro incremento de un cuarto de punto no implicaría un cambio drástico en la política monetaria.
Los datos del mercado de trabajo conocidos la semana pasada dieron la pauta de que no hay motivos para que haya una gran presión sobre los precios. La tasa de desempleo se mantiene baja en el 4,1% pero también aumenta la oferta laboral porque más personas se incorporan al mercado. A su vez, los salarios crecieron en febrero 2,6% con relación a un año atrás mientras que en enero lo habían hecho al 2,8%. Todos estos datos muestran una situación en materia de inflación que le otorga bastante margen de maniobra a la Fed.
Para Argentina es una buena noticia porque un escenario más calmo en materia de inflación moderará la suba de la tasa de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años que determina el costo del endeudamiento para el resto de los países.
