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“Los hombres tenemos que ponerle voz a los reclamos de las mujeres”

El Economista dialogó con Martín Medina sobre su proyecto de paridad salarial

07 marzo de 2018

Entrevista a Martín Medina Diputado nacional por el PRO en Cambiemos Por Juan Strasnoy Peyre

El diputado nacional por el PRO, Martín Medina, presentó la semana pasada un proyecto de ley de paridad salarial, en momentos en que ganan visibilidad los reclamos del movimiento de mujeres. La propuesta del legislador plantea modificar a la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) para introducir un doble mecanismo: la posibilidad para los empleados de reclamar a las empresas que presenten los recibos de sueldo y la liquidación de haberes para comprobar si existe una discriminación y, en caso de incumplimiento, la opción de presentar un recurso de queja en el Ministerio de Trabajo. La iniciativa también crearía un registro de empresas con paridad salarial, que sería obligatorio para las firmas con más de 200 trabajadores. En diálogo con El Economista, Medina planteó que “no tiene que ver con la defensa de la mujer por el mero hecho de ser mujer, sino de que los empleadores no violenten los derechos de todos los trabajadores”. Además, confirmó que el Ejecutivo presentará un proyecto más amplio en los próximos días y dijo que espera que comience a discutirse junto al de él la próxima semana.

¿Qué aportará el proyecto para hacer efectiva la paridad, que ya está establecida por ley?

El aporte que trato de hacer es que los empleados que sientan que están siendo discriminados tengan una herramienta para proceder. Porque cuando hoy un ciudadano consulta la LCT no encuentra un mecanismo claro para poder reclamar por este problema. Se trata de pedir la liquidación de haberes, enviar una carta certificada, iniciar un reclamo en el Ministerio de Trabajo, va a ser sencillo.

¿Qué pasará si las empresas se niegan a cumplir con los reclamos?

Si es una empresa que tiene más de 200 empleados, estará obligada a inscribirse en el registro de paridad salarial y va a tener que regularizar esa situación porque si no, no lo podrá hacer. Si tiene menos empleados, ante la negativa de la empresa, el empleado puede hacer un recurso de queja en Trabajo y va a ser este Ministerio el que intime a la empresa a regularizar la situación.

¿El mecanismo incluirá multas?

En el proyecto, yo dejo a disposición del Poder Ejecutivo la reglamentación porque hay que compatibilizarlo con las sanciones que ya tiene estipuladas por resolución la cartera laboral.

¿A qué cree que se debe la actual disparidad salarial según el género?

Hay un hecho de fondo que tiene que ver con una problemática en la carrera laboral; es mucho más profundo que la discriminación en el salario básico. Por ejemplo, cuando una mujer queda embarazada y tiene que tomar licencia, eso no le permite hacer horas extra ni seguir avanzando con capacitaciones, tiene desventajas en la carrera. La mujer trabaja menos horas que el hombre pero trabaja más horas no remuneradas, con tareas que hoy el hombre no está realizando muchas veces. Excede lo laboral, es una problemática cultural de nosotros. Pero es una preocupación en muchos países del mundo, no es exclusiva de Argentina.

¿Cuánto influyó el avance y la visibilidad del movimiento de mujeres en este conjunto de iniciativas que propone discutir el oficialismo y que Macri anunció en la apertura de sesiones?

La discusión la tenemos que sacar del debate entre hombres y mujeres. Si queremos crecer, hay que discutir en términos de equidad y de encuentro. Porque si no, vamos a seguir en una discusión de los “ismos”, y los “ismos” de todo tipo nos han hecho mucho daño. Debemos plantearnos las discusiones de los temas fondo sin estar yéndonos a los extremos ni discutir quién pone los temas en la agenda. En mi caso particular, yo no sabía que el Presidente iba a tocar el tema. Es una problemática que vengo tratando desde hace mucho tiempo con el ministro de Trabajo y quise que sea mi primer proyecto de ley porque creo que es justo. Soy hijo de una madre trabajadora, mi abuela materna fue el sostén de su familia durante muchísimos años y creo que a veces los hombres le tenemos que poner voz a los reclamos de las mujeres. Pero no sólo de ellas: hay hombres que también son discriminados, y que van a poder seguir el mismo procedimiento que las mujeres para reclamar una equiparación. No tiene que ver con la defensa de la mujer por el mero hecho de ser mujer, sino de que los empleadores no violenten los derechos de todos los trabajadores.

¿Pero usted no identifica una desigualdad particular en el caso de las mujeres?

Hay una problemática real, que afecta de una manera muy considerable a la mujer pero tiene que ver con una discusión cultural y con un proceso de competitividad dentro de los puestos de trabajo.

Después de la presentación del proyecto, se criticó que la responsabilidad de iniciar la acción queda en la trabajadora. ¿Es un límite eso?

Para nada. Primero, todo proyecto de ley es modificable. Pero el punto de partida es inverso: no es que el trabajador tenga que ir a reclamar, el Estado le va a exigir a las grandes empresas que estén registradas y que tengan que cumplir la ley. Igualmente, son contratos entre privados, el Estado se mete cuando está violentado un derecho y hace cumplir la ley.

Con los registros que tiene Trabajo, y que usted retomó para elaborar el proyecto, ¿no se puede intimar a los establecimientos que ya se sabe que no respetan la paridad sin esperar el reclamo del trabajador?

Bienvenida la discusión al proyecto. Pero te repito, el registro salva un poco esa situación, porque permite un tratamiento caso por caso. La discusión de fondo va a estar comprendida en el proyecto integral que va presentar el Ejecutivo en los próximos días, que es mucho más profundo. Esto es un mecanismo para aquellos que en el salario básico están siendo discriminados.

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