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El peso reloaded

Por fortuna, el peso está de regreso (como inversión): era hora porque ya se lo extrañaba pues entre el 15/09/17 ($16,97) y el 7/03/18 ($20,39) perdió 20% de su valor frente al dólar

14 marzo de 2018

Por Diego Falcone Head Portfolio Manager de Cohen

Europa recordará a este invierno por la visita de la “Bestia del Este”: un frente frío que desde Siberia asoló al Viejo Continente y que los diarios británicos llamaron con el mismo apodo con el que se conoció al boxeador ruso Nikolái Valúyev (2.13m de altura y 150 kg de peso) entre 1993-2009. Pero falta poco para que la primavera ilumine las plazas de Roma o Milán y consuele a los italianos que no sólo se quedaron afuera del Mundial sino que también están otra vez sin gobierno (han tenido 44 jefes de gobierno desde la caída del fascismo aunque acá no vamos a la zaga y tuvimos cinco presidentes en una semana). Con tanta volatilidad, Italia sólo se sostiene por la inercia de tanta belleza (humana y arquitectónica). Algo parecido pasa con Argentina: si no nos diera alguien siempre una mano (amigo, familiar o vecino) nuestro país sería inviable.

Para admirar la belleza de Italia en este verano boreal, es fundamental hacer un alto y visitar la Costa Amalfitana. Pero atento porque si lo que busca es disfrutar del mar, mejor no acercarse a la playa porque se va a encontrar con el simpático inconveniente de caminar sobre canto rodado y eso les aseguro que los hará extrañar la costa argentina.

Para playas con arena la mejor opción es el “Comune di Riccione” que está ubicado en la Emilia-Romaña y se asoma al Mar Adriático, justo frente a Croacia. La fama del lugar viene de lejos, de la época en que allí veraneaba el mismísimo duce (Benito Mussolini) junto a su yerno, Galeazzo Ciano, quien no tuvo mejor idea que despertarlo la noche del 21 de junio de 1941 para avisarle que Alemania se aprestaba a invadir la URSS. El duce, todavía medio dormido (e imagino que en pijama), decidió como un “fulmine” embarcarse en la aventura junto a su aliado alemán y envió a más de 230.000 soldados a estacionarse sobre el Río Don (en la frontera entre la actual Ucrania y Rusia) a esperar el fin de la guerra y la victoria. Pero la historia tenía otros planes y al verano de 1941 le llegó el invierno de 1942 que significó el fin trágico de todo el Ejército italiano destinado en Rusia: sólo sobrevivirían 80.000 tras marchar 240 km con 40°C bajo cero y hostigados por las tropas soviéticas. Recomiendo ver el film “Los Girasoles” (1970) del maravilloso Vittorio de Sica, interpretado por Sophia Loren y Marcello Mastroianni, para que comprender el costado humano de esta historia.

En el film de Vittorio demuestra la capacidad de adaptación de los italianos antes circunstancias extremadamente adversas (hoy basta con ver como se mueven en el tráfico de Roma para entender que allí todo funciona porque es un caos organizado).

Lo mismo podría decirse de nuestro BCRA luego del “desastre” del 28 de diciembre pasado cuando su independencia quedo comprometida: supo adaptarse ante un nuevo contexto político (ya no soplan los vientos del mercado) y reinventarse para salvar parte de su autonomía. Vender caro, comprar barato Hasta la semana pasada, el BCRA había intervenido en momentos puntuales para comprar o vender divisas. En general, las ventas fueron para tranquilizar a los inversores ante shocks externos (el Brexit en junio de 2016) o internos (las PASO en agosto de 2017). Mientras que la mayor parte de las compras fueron  para acumular reservas y se realizaron en operaciones directas con el Tesoro, sin pasar por el mercado de cambios (bastante lógico, habida cuenta de que el único que trae verdes es el “Toto” Caputo).

Sólo en lo que va del año, el BCRA le compró al Tesoro US$ 8.000 millones y dejó a importadores y fanáticos de Miami sin divisas (por esta razón, el 9 de febrero, el tipo de cambio cruzó los $20). Para calmar los nervios de Marcos Peña, el 6 de marzo salió y ofertó US$ 30 millones. Sin embargo, con el pasar de los días fue calentando motores y tuvo que desembolsar más de US$ 500 millones. La realidad es que estos montos son un vuelto comparado con las posturas de US$ 1.000 millones que solía poner en pantalla el BCRA de Martín Redrado. Como diría un viejo operador de mercado, “ventas eran las de antes y esta mesa del BCRA es medio amarreta, teniendo en cuenta los US$ 62.000 millones de reservas”.

La buena noticia es que la conducción del BCRA entiende que no se puede ser pura discrecionalidad (como ocurría los anteriores inquilinos de la sede sobre la calle Reconquista) pero tampoco actuar como si fuéramos el Budesbank. Lo ideal es tener la flexibilidad de “La Banca d'Italia”, la creatividad del Banco de Grecia y las apariencias del Banco de España. Esperar algo distinto sería un milagro. “This is Argentina”.

The peso is back Por fortuna, el peso está de regreso (como inversión). Era hora porque ya se lo extrañaba ya que entre el 15/09/17 ($16.97) y el 7/03/18 ($20.39) perdió 20% de su valor frente al dólar. Tengamos en cuenta que desde el fin del cepo, el peso se apreció en 5 oportunidades (generalmente precedido por fuertes depreciaciones) principalmente durante el primer semestre: en 2016 fue entre marzo y junio mientras que en 2017 fue entre enero y abril. En 2018, esperamos que no sea distinto sumado a un contexto de debilidad global del dólar (el euro cotiza estable a 1,24).

En breve, todos estaremos pensando en el Mundial y rezando para que el Pipita Higuaín la tire por abajo esta vez, pero no faltará quien, justificando la distracción que supone el fútbol, nos asuste con teorías conspirativas sobre aumentos de tarifas y medidas de gobiernos. No se amargue desde ahora y disfrute la previa al Mundial, que este caos está bastante bien organizado.

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