El PIB de Brasil creció 1% en 2017, oficializando de esa manera el fin de una fuerte recesión que se expresó en retracciones económicas de 3,5% tanto en 2015 como en 2016.
El principal aporte lo hizo el sector agropecuario porque los servicios crecieron muy poco y la actividad industrial no tuvo variaciones. El ingreso per capita subió 0,2% y sigue siendo pobre el nivel de inversión, ya que se ubicó en 15,6% del PIB.
Los analistas de mercado proyectan una suba del PIB de 2,80% este año, pero si el recorrido es similar al de 2017, cabe esperar un porcentaje mayor. El año pasado lo iniciarion apostando a una suba del producto de 0,50% y lo fueron ajustando al alza durante los meses siguientes. El ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, sostuvo ayer que los datos de 2017 ratifican que se cumplirá con el pronóstico de crecimiento de 3% en 2018 que tiene el Gobierno.
En el último cuarto del año pasado la expansión del producto fue de 0,1%, algo inferior a lo que esperaban los analistas pero se destacó el buen comportamiento de la industria que se expandió a una tasa de 0,5%. Con relación al mismo período del año pasado, la suba fue de 2,1%.
Todo indica que Brasil será una de las buenas noticias de la economía internacional en 2018. Y los analistas no creen que la lógica incertidumbre política que se genera frente a una elección presidencial vaya a afectar significativamente la marcha de la economía.
