Las bases del Partido Socialdemócrata de Alemania aprobaron el acuerdo al que habían llegado sus dirigentes con Angela Merkel para formar gobierno. El resultado de la consulta, que era obligatoria según el estatuto partidario, fue contundente porque el sí obtuvo dos tercios de los votos. Se cumplió así con un requisito indispensable para dar nacimiento a la Gran Coalición III y se puso fin a un proceso de incertidumbre política que comenzó luego de las elecciones de septiembre.
En la aprobación de los militantes socialdemócratas pesaron mucho las concesiones que obtuvieron sus dirigentes en materia de cargos y políticas públicas. Merkel tenía limitada su capacidad negociadora porque había logrado un resultado menor al esperado en las elecciones generales y fracasó en su intento de armar una coalición de gobierno con otros partidos.
Lo socialdemócratas habían decidido, luego de sus malos resultados en las elecciones, no volver a concretar un acuerdo con Merkel como ya lo habían hecho en dos oportunidades pero modificaron esa posición ante la necesidad de darle un gobierno al país. Hicieron valer ese cambio de estrategia para mejorar su posición en la futura administración mientras que Merkel obtuvo la posibilidad de un cuarto mandato.
Si bien ninguno de los grandes partidos quería inicialmente armar esta coalición, la realidad política los fue llevando a ella.
