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Ante la suba de las tasas de interés, no se olviden del precio de la soja

El clima financiero internacional impacta en la cotización de las commodities

08 febrero de 2018

Por Gonzalo Rondinone y Esteban Otto Thomasz Massachusetts Institute of Technology (MIT) y Universidad de Buenos Aires (UBA)

Los eventos financieros de esta semana, con el S&P 500 mostrando la mayor caída diaria en siete años, y los movimientos al alza de la tasa del bono del Tesoro estadounidense a 10 años, nos llevan a pensar en los canales de transmisión de estos shocks hacia la economía real. Es sabido que el incremento en las tasas de interés a nivel internacional genera efectos como el encarecimiento del costo del endeudamiento, el incremento en la tasa para valuar inversiones y hace menos atractiva la inversión en activos más riesgosos. Todos estos efectos afectan, en mayor o menor medida a países emergentes de acuerdo a su nivel y necesidad de endeudamiento, la profundidad y estabilidad de su mercado financiero interno y el grado de apertura de su economía.

No obstante, en una economía como Argentina en la que las commodities agrícolas representan una porción significativa de sus exportaciones, entender como impacta este clima financiero sobre los precios agrícolas se vuelve particularmente relevante. Cuando se piensa en el precio de la soja generalmente se hace foco en los efectos del clima en la cantidad producida de o en dinámicas de largo plazo como la demanda de China. Para demostrarlo en forma concreta, pensemos que 2 de cada 3 porotos de soja comerciados a nivel internacional son demandados por China, entonces alcanza con ver qué sucede con el crecimiento del Gigante asiático para inferir dinámicas de precios. En el plano local, esta semana la Bolsa de Cereales redujo su estimación de producción de soja argentina en 3 millones de toneladas por estrés hídrico, por lo cual sería esperable una suba de precios ¿Por qué entonces los precios no reflejan esto o no lo hacen en la magnitud esperada?

La tasa de interés aparece entonces, como la principal sospechosa. La literatura económica ha documentado una correlación entre los precios de las commodities y la tasa de interés. Los precios generalmente suben cuando la tasa cae y caen cuando la tasa sube. Durante la última década se han observado cambios estructurales en los mercados de precios de commodities agrícolas. Esta dinámica ha tomado un rol preponderante en la última década en el marco de lo que se llamó financiarización de commodities. Diversas innovaciones financieras han permitido que distintos commodities, tanto agrícolas como energéticos, pasen a formar parte de portafolios de inversión junto a otros activos financieros tradicionales como los bonos y las acciones.

En una economía como Argentina, en la que las commodities agrícolas representan una porción significativa de sus exportaciones, es clave entender cómo impacta este clima financiero sobre los precios agrícolas

Actualmente es posible para cualquier tipo de inversor ?sin importar su grado de profesionalidad? comprar casi cualquier tipo de commodity sin siquiera tener relación con el mismo. Si se desea comprar soja, maíz, café o, incluso jugo de naranja, solo basta con encontrar un producto financiero que lo permita sin necesidad de participar directamente del mercado de futuros. De esta forma, el sector financiero ha ganado influencia relativa en detrimento del sector real a la hora de determinar el nivel de precios y la dinámica de retornos sobre el mercado de commodities. Cabe preguntarse ?entonces, si este nuevo proceso en donde las commodities agrícolas, principalmente alimentos, se posicionan al lado de acciones y bonos como parte integral de portfolios tiene ramificaciones que se extienden más allá de las decisiones de cartera.

La respuesta que surge de investigaciones que hemos llevado a cabo en el marco del Programa de Investigación en Vunlenrabilidad (ProVul) de la Universidad de Buenos Aires, es que tanto la soja como el maíz se han vuelto significativamente más sensibles a movimientos en la tasa de interés luego de 2004. Esto nos permite pensar que las commodities agrícolas han tomado características propias de los activos financieros que se condice con el postulado del crecimiento de la importancia de inversores de cartera en este mercado.

En este contexto de suba de tasa de interés internacional, reflejada en la tasa del bono estadounidense a 10 años, se genera una fuente de riesgo adicional para la economía argentina. Una mayor dificultad en el financiamiento es lo primero que viene a la mente como riesgo de índole financiera, pero como hemos postulado aquí el escenario de financiarización de commodities agrega una capa extra a la vulnerabilidad económica argentina. La suba de tasa de interés impacta negativamente en los precios mucho más de lo que lo hubiese hecho en el pasado.

Este efecto genera una presión adicional sobre el riesgo macroeconómico, dado que, al canal financiero tradicional, puede adicionarse mayores efectos sobre el canal comercial vía afectación de precios de las exportaciones agrícolas, sobre todo teniendo en cuenta que solamente el complejo sojero y maicero concentran el 37% del valor las exportaciones argentinas. Este efecto “financiarizción de commodities”, agrega un condimento más a la vulnerabilidad macroeconómica argentina en el nuevo escenario financiero internacional.

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