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“Macri debe recuperar el apoyo blando que fue clave en 2015”

El Economista dialogó con el analista Julio Burdman sobre la imagen del Gobierno y sus últimas medidas, la gira europea de Macri y el fenómeno de Vidal

Alejandro Radonjic 02 febrero de 2018

Entrevista a Julio Burdman Analista político Por Alejandro Radonjic

El Economista dialogó con el analista Julio Burdman sobre la imagen del Gobierno y sus últimas medidas, la gira europea de Macri y el fenómeno de María Eugenia Vidal.

Reducción de los cargos políticos, congelamiento salarial e imposibilidad de los familiares de los ministros de formar parte del Gobierno. ¿Por qué cree que el Presidente tomó esa decisión?

Por las razones que esgrimió en su discurso del 30 de octubre, ante ministros y gobernadores. Después de las elecciones, entramos en una etapa de ajuste y austeridad en varios frentes, y para compensar la sensación de injusticia que esto deja en un sector importante de la opinión pública, el gobierno sale a decir: nosotros también, y damos el ejemplo. Esto no tiene impacto fiscal pero el gobierno aspira a que tenga un efecto político. No es un tema de primer orden.

¿Cómo está, hoy, la imagen del Presidente y, más allá de que es difícil predecir, cómo proyecta que llegará a la instancia electoral de 2019?

Efectivamente, como ya ha publicado este diario, hubo una caída importante de popularidad en la segunda quincena de diciembre. No tengo datos de enero -cuando era estudiante, me enseñaron que en enero no se mide y lo adopté como un dogma- pero no veo motivos para una recuperación aún. En la Casa Rosada hay convicción de que van a recuperarlo pronto, una vez que terminen los aumentos en tarifas y combustibles de febrero y marzo. Puede ser. Pero para mi, no va a ser tan fácil. El problema para Cambiemos es que el votante massista de 2015, que apoyó a Macri en el balotaje, se terminó de enojar en diciembre, con la ley previsional. Coincidentemente, aquellos que votaron por Massa y las listas justicialistas provinciales en 2017 ahora tienen opiniones más opositoras que hace unos meses. Macri perdió apoyo blando. Y ese apoyo fue fundamental para su elección como presidente. Fue la periferia de la coalición que lo llevó al gobierno. Esto le crea a Macri un problema por partida doble. Por un lado, Peña va a tener que desplegar una estrategia específica para reconquistar a ese votante con afinidades peronistas, porque lo necesita. Y por el otro, está la presión que ese votante pueda ejercer sobre los dirigentes peronistas moderados. En el balotaje y hasta fin de 2017, muchos de esos dirigentes (Massa, el cordobecismo y varios gobernadores) prefirieron a Macri antes que al peronismo. Y en buena medida, ello se justificaba en que muchos votantes peronistas pensaban igual. Pero si esos votantes se enojan con Macri, los peronistas dialoguistas van a verse obligados a reconsiderar. Y eso no es bueno para Macri.

"El problema para Cambiemos es que el votante massista de 2015, que apoyó a Macri en el balotaje, se terminó de enojar en diciembre, con la ley previsional"

¿Cómo explica el fenómeno de María Eugenia Vidal y qué hay detrás de su gran imagen positiva?

Por ahora, se trata de un fenómeno sólido pero basado en cualidades personales. Es decir que los bonaerenses apoyan a su gobernadora porque les resulta confiable, idónea, buena, porque se cansaron del peronismo... Pero siguen sin estar conformes con la gestión. En ese sentido, se parece al caso de Scioli: buena imagen personal, insatisfacción con la provincia, culpabilización de otros. El dato enigmático es qué puede pasar cuando Vidal comience a disponer de los nuevos fondos federales. ¿Podrá transformar la provincia y lograr que los bonaerenses estén conformes con la salud, la educación y la seguridad provinciales? Si fuera así, hay que mezclar y dar de nuevo, porque todo el análisis político desde hace décadas se basa en que la provincia es ingestionable.

¿Qué balance hace de la gira europea de Mauricio Macri?

Daría la impresión que, más allá de la pompa diplomática y el recibimiento cálido (sobre todo en Davos), logró poco? Las giras no cambian gran cosa. En todo caso, sellan pactos acordados previamente. El famoso tratado con la Unión Europea no se firma porque no hay consenso en Europa: Macron se niega en nombre de sus productores agropecuarios y también en el de líderes del este europeo a quienes necesita para concretar su proyecto de reforma laboral regional. Eso ya lo sabíamos. El ingreso a la OCDE cosecha señales pero mientras no baje la inflación ni mejoremos los números de la macro no van a cambiarnos la calificación de riesgo. Y eso también ya lo sabíamos. Para el gobierno, las señales del mundo son importantes de varias formas, pero no conviene creer en soluciones mágicas.

Los expertos debaten acaloradamente sobre la marcha de la economía y la sustentabilidad del modelo de Cambiemos. ¿Cómo está viendo el gran público la marcha de las Macrinomics? Hasta hace poco se decía que no estaba satisfescho, pero que mantenías las esperanzas?

Para responder bien a eso, me gustaría ver los números de febrero y marzo, una vez que termine el verano y las opiniones se consoliden. Las percepciones y expectativas venían mejorando, pero en diciembre eso cambió en la opinión pública. Y los meses que vienen van a ser duros. Hasta ahora, Cambiemos supo sortear momentos difíciles con éxito; veremos si eso se repite en 2018. El contexto externo puede dar un alivio. Pero hay algo que sigue ausente en la relación con la opinión pública. El presidente promete resultados económicos pero no explica cómo sus políticas económicas van a conducirnos a dichos resultados. Tal vez ello permita entender la volatilidad de las expectativas sociales.

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