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La economía siente los efectos del cambio de meta

Los anuncios del 28 de diciembre implicaron un cambio en las prioridades del Gobierno

06 febrero de 2018

Por Joel Vaisman Economista

La inflación, problema persistente en Argentina si los hay, no da tregua. Consultoras privadas arrojaron un dato cercano al IPC Núcleo (es decir, teniendo en cuenta precios de productos no muy volátiles) para enero: cerca de 2,1%, según la consultora Elypsis. Esto implica que, de seguir esta tasa hasta fin de año, la inflación anualizada sería de 28,76%.

Por supuesto, el número de enero tiene dentro los efectos del salto del dólar, que ya acecha la frontera psicológica de $20, y no necesariamente debería repetirse un incremento de precios durante todos los meses. Pero ya se acercan los incrementos en impuestos y servicios, con lo cual febrero podría no ser muy distinto.

Sin importar el escenario, los mercados no están viendo un cumplimiento en las Metas de Inflación que el BCRA fijó: 15% con respecto a 2017.

La misma encuesta de expectativas de inflación, REM, que publica la autoridad monetaria, arroja que se espera 19,4%. En algún momento, la inflación pareció estar cediendo frente a la política contractiva de Federico Sturzenegger, pero ahora la tendencia ha cambiado.

Efectos de una comunicación

¿Por qué sucede esto? Muy simple. Los efectos de la conferencia de prensa del 28 de diciembre pasado continúan. Recordemos: un día después que el Senado sancionara la ley de Presupuesto 2018, Sturzenegger se sentó, junto a Nicolás Dujovne, Luis Caputo y Marcos Peña. Fueron los funcionarios del Ejecutivo quienes anunciaron un cambio en las metas, no el presidente del BCRA. El objetivo: priorizar la recuperación económica.

Entonces, la ligera baja de tasas en la licitación de las Lebac, por parte del Central, provocó ese salto al dólar, que influenció fuertemente la inflación de enero.

Los argentinos estuvimos siguiendo muy de cerca lo que hizo Sturzenegger desde mediados de 2016, cuando comenzó a implementar el ya conocido “InflationTargeting”: una banda objetivo sobre la cual debería estar la evolución de los precios, utilizando una tasa de interés de corto plazo como mecanismo de transmisión hacia el resto de la economía.

La ligera baja de tasas en la licitación de las Lebac, por parte del Central, provocó ese salto al dólar, que influenció fuertemente la inflación de enero

Tal es así que, de la misma forma que hacia finales de 2001 mucho hablaban del “riesgo país” sin entender de qué se trataba, durante 2017 muchos pequeños ahorristas incorporaron las Lebac en su vocabulario, quizás sin saber que era eso precisamente lo que el BCRA quería que sucediese. No gastar los pesos, o irse hacia otros activos en moneda extranjera, sino “apostar al peso”. En ese sentido, Sturzenegger comenzó a obtener un cierto grado de éxito. El BCRA estaba empezando a llamar la atención.

Los comunicados de política monetaria comenzaron a ser cada vez más leídos. Los mercados comenzaron a creer, pese a que el BCRA no lograba alcanzar la meta de 12% para 2017, que realmente estaba dispuesto a bajar la inflación, apretando las riendas del corcel. La conferencia de prensa, no esperada, sorprendió a los mercados.

(Des)oír los consejos de un experto

Ben Bernanke, ex chairman de la Reserva Federal de EE.UU., asegura en su biografía “El coraje de actuar”, que es muy importante, al instalar un esquema de metas, la forma en la cual se comunica a la sociedad. Por ello, quien transmite, la regularidad de los comunicados, y la congruencia son esenciales. Bernanke antes de ser un funcionario, fue un académico de prestigio, especializado en economía monetaria y en los fenómenos inflacionarios y deflacionarios.

Pese a que vino siguiendo los consejos de Bernanke casi a rajatabla, no fue Sturzenegger quién habló, sino que dejó ese espacio al Ejecutivo. Tras un año y medio de escuchar que el Central se comportaría de forma autónoma, fueron los funcionarios de Macri los que tomaron protagonismo. Por ende, fue leído como una claudicación del presidente de la autoridad Monetaria frente a Dujovne y Peña. La ligera baja de tasas en las Lebac, al martes siguiente, provocó esa devaluación que tanto sorprendió por el efecto. Y la baja en las tasas fue eso: pequeña. El mercado, quizás, reaccionó más de la cuenta.

Esa sobre reacción ante la política monetaria mostró que los inversores tenían los ojos puestos sobre el BCRA y su abandono de autonomía. Es decir, fue la demostración que el “ancla nominal” que estaba siendo la tasa de Lebac parecía ser efectiva, pese al enorme stock de deuda que había detrás. La atención fue tan captada, que la claudicación generó esa oleada de cambios en portafolios.

Y tan rápido fue, que ya no se presta tanta atención a la tasa de Lebac: volvemos a considerar el tipo de cambio como variable. Un fuerte retroceso para los objetivos que Sturzenegger se había planteado.

Argentina será nuevamente un caso de estudio, ahora, para la literatura académica sobre combate a la inflación: la instauración de un esquema de InflationTargeting que al año y medio vuelve a ser un modelo de dominancia fiscal.

Y para nosotros, sigue siendo un caso más de incertidumbre hacia como se encara la economía. ¿Se combatirá la inflación fuertemente o se seguirán dando varios golpes de timón a lo largo de un año? No es lo mismo hacerlo en un barco atravesando una tormenta, que una economía con más de 40 millones de personas, más los agentes internacionales. El desastre, en esta última, es mucho peor.

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