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El progresismo residual por caminos distintos

Contigiani se diferenció de Lifschitz e hizo gestos hacia el peronismo mientras el GEN volvió a ratificar su alianza con Massa

04 enero de 2018

La representación parlamentaria del universo progresista quedó en una de sus marcas históricas más bajas, luego de una performance más que pobre de todos sus sellos y de un proceso decreciente de más largo aliento. Lo sufrió el Partido Socialista, en Santa Fe, que no sólo volvió a quedar tercero en la elección a legisladores nacionales, sino que perdió a buena parte de los socios radicales y demoprogresistas en el Frente Progresista Cívico y Social. Y también el GEN, que apostó a la alianza con el Frente Renovador y no pudo sumar más que un disgusto. Mientras que persiste la fragmentación y la disparidad de rumbos.

En el socialismo santafesino las tensiones son internas y también hacia afuera. El gobernador Miguel Lifschitz trata de reponerse del revés de su fuerza en las elecciones, mientras intenta cobrar la deuda que Nación tiene que saldar con su provincia. Se sumó al Pacto Fiscal, con foto incluida. Pero no pudo sumar al único diputado nacional de su espacio a la votación de la reforma previsional, el origen de los fondos. Luis Contingiani votó en contra y argumentó con dureza, hecho que se consideró un desaire al mandatario.

“Me sentí con mucha paz interior porque respeté mis convicciones, coincidentes con la del Partido Socialista: oponerse a esa reforma cuya intención real es ajustar gasto público, servicios sociales, transferir ingresos del pueblo a los sectores concentrados de la economía”, dijo ayer, cuando descartó discrepancias con Lifschitz. Aunque fue su ministro de Producción durante los dos primeros años, el vínculo político e ideológico más importante lo tiene con Antonio Bonfatti, exgobernador y actual diputado provincial, también crítico con el Gobierno Nacional.

“Que me vaya al peronismo es una exageración, lo que sí subyace es la necesidad de construir de a poco una alternativa en Argentina con hombres y mujeres con vocación de justicia social, transversal a cualquier partido. Hay que polarizar para enfrentar a la derecha. El centrismo ya no existe”, sostuvo Contigiani cuando la edición local de Página 12 le preguntó sobre los gestos de confluencia con sectores del peronsimo, incluida su rival y par en la Cámara, Alejandra Rodenas. También mencionó el concepto de transversalidad como alternativa necesaria a construir.

En el GEN, en tanto, persisten la época de balances, luego de perder toda representación parlamentaria nacional. “Creo que fue correcta nuestra unidad porque la diversidad de nuestras historias y agendas se potenciaba en una mejor respuesta, sin perjuicio de no haber conseguido el apoyo que esperábamos. Si bien las alianzas electorales culminan con los procesos para los que se constituyen, nosotros creemos que es necesario dar previsibilidad y pensar en el futuro”, señaló Margarita Stolbizer, a modo de defensa, y para ratificar la alianza política con el Frente Renovador. Ya desde otro lugar, no en el Congreso, donde había rendidos sus frutos. Sergio Massa, referente de la fuerza en cuestión, tampoco está en los recintos de la avenida Entre Ríos. En tanto Victoria Donda se quedó con su monobloque de Libres del Sur.

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