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México enfrenta un 2018 de incertidumbre

A la lista de problemas conocidos, se suman una elección presidencial muy disputada y una renegociación del Tratado de Libre Comercio con EE.UU. y Canadá

19 diciembre de 2017

Por Miguel Diamante Desde Ciudad de México

i 2017 fue un año malo para México, el próximo puede ser aún peor. A la lista de bajo crecimiento, inflación en máximos desde 2001 y una ola de violencia que lleva el número de asesinatos a un récord desde que se tienen estadísticas, se sumarán dos grandes fuentes de incertidumbre: una elección presidencial muy disputada y que puede derivar en un cambio de modelo económico. Y una renegociación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (TLCAN) que tiene posibilidades razonables de naufragar.

Por el lado de la política interna, la semana pasada comenzó la primera etapa formal hacia las presidenciales del 1 de julio. Los tres candidatos ya en carrera serán el ex ministro de Hacienda José Antonio Meade, por el partido de gobierno, el PRI; Ricardo Anaya por un frente que aglutina a parte del PAN y el PRD y el incombustible Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que intentará que la tercera sea la vencida, esta vez con su propio partido, Morena. A esto se sumarán dos o tres candidatos independientes, dependiendo que consigan las firmas requeridas.

Las encuestas por ahora marcan una clara ventaja para AMLO. Aunque este histórico dirigente de izquierda ha moderado algunas de sus posiciones, sus posturas nacionalistas en lo económico (que incluyen revertir la apertura petrolera) amenazan con llevar a México por el camino que vivieron Argentina y Brasil la década pasada. En cuanto al PRI, la baja aprobación del gobierno y el fuerte deseo de cambio de los mexicanos ha llevado a lo inédito: que el partido de Lázaro Cárdenas lleve a un no afiliado como candidato presidencial. Meade es un tecnócrata reconocido que fue incluso funcionario del gobierno de Felipe Calderón (PAN) pero tendrá que escalar una montaña empinada si quiere ser presidente. Es que la fuerte imagen negativa que tienen tanto AMLO como el PRI en una elección sin segunda vuelta y donde la primera minoría se lleva el premio mayor abre la puerta también a un tercer candidato. En todo caso, el grado de tensión será máximo.

En cuanto al TLCAN, los intentos iniciales para tener una renegociación exprés que evite superponerse con las elecciones mexicanas no han rendido frutos y ya se entró en un proceso más extenso, que incluso puede llegar a mezclarse con las legislativas en Estados Unidos. Tras cinco rondas y media de negociaciones en las tres capitales, son pocos los avances concretos e incluso desacuerdos simbólicos como hablar de “cambio climático” tiene frenado el capítulo ambiental, donde no se preveían grandes complicaciones. Desde el inicio de las conversaciones en agosto, el peso mexicano perdió ya un 7%.

En este escenario, no sorprendería a nadie en México si el presidente Donald Trump ?a pesar del fuerte lobby en contra de las empresas y los gobernadores estadounidenses? anuncia en algún momento de 2018 la salida unilateral del tratado firmado hace 25 años. Ahí se abrirían dos interrogantes: por un lado, una discusión legal en Washington sobre si esta atribución corresponde en realidad al Congreso; el debate podría incluso terminar en la Corte Suprema, lo cual dejaría al tratado en un limbo, afectando nuevas inversiones. La segunda pregunta a responder es cuál sería la reacción del gobierno mexicano bajo esta hipótesis. Hasta ahora el presidente Enrique Peña Nieto ha evitado confrontar directamente con Trump, incluso al punto de ser muy criticado internamente. Pero una nueva provocación de Trump en medio de una campaña electoral dejaría al gobierno teniendo que elegir entre buscar salvar el TLCAN o proteger a su candidato.

Opciones todas muy complejas para un año intrincado en México.

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