Por Mariano Espina
Se sancionó definitivamente la reforma previsional. Tras doce horas de debate -y diecisiete de sesión- Cambiemos logró, con un resultado ajustado, aprobar el proyecto que modifica el sistema de actualizaciones de los haberes jubilatorios. La iniciativa recibió 127 votos positivos y 116 negativos. Hubo, a su vez, dos abstenciones. El oficialismo contó con el respaldo de los gobernadores para poder aprobar la norma.
Con 19 diputados opositores le alcanzó a Cambiemos para alzarse con la sanción definitiva del cuestionado proyecto. Un número bastante más ajustado de lo que el Gobierno esperaba. Con 247 diputados presentes a la hora de la votación, el número de escaños positivos terminó siendo menor al que se exige para alcanzar el quórum. Para alcanzar la mayoría simple, se requiere de la mitad más uno de los presentes.
El principal aliado del Gobierno fue el interbloque Argentina Federal, que responde a los gobernadores opositores de perfil dialoguista con el Ejecutivo. Votaron afirmativamente los diputados PJ de Tucumán, Entre Ríos, Córdoba, Chaco y Salta. También acompañó el Frente Renovador por la Concordia (Misiones). El Bloque Justicialista, bancada más numerosa del interbloque federal, votó dividido. Su jefe, Pablo Kosiner (Salta), se expresó positivamente junto su coterráneao Andrés Zottos a los dos entrerrianos. Se opusieron los bonaerenses (Diego Bossio y Eduardo Bucca), los riojanos y los diputados por La Pampa, entre otros.
Rechazaron el proyecto, en forma unánime, el Frente Renovador, el FpV-PJ, el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), y el Peronismo para la Victoria, entre otros bloques.
La presencia de diez gobernadores opositores en el Congreso, ayer al mediodía, fue decisivo para asegurarle a Cambiemos el quórum y también la aprobación de la iniciativa. Los mandatarios fueron los apuntados por la Casa Rosada tras el fracaso del último jueves. De esta forma, expresaron un fuerte gesto al mostrarse con sus diputados junto a funcionarios del Gobierno Nacional.
Fue una jornada intensa. Comenzó con movilizaciones al mediodía, acompañada por el paro de la CGT, siguió luego con fuertes escenas de violencia a la tarde y a la noche continuaron las manifestaciones con cacerolazos pacíficos en distintos puntos de la ciudad de Buenos Aires y del país.
A raíz de los incidentes, la oposición intentó en varias oportunidades evitar que avance el proyecto. Las primeras cinco horas de la sesión fueron dedicadas a cuestiones de privilegios y mociones de orden. Hubo un cuarto intermedio para analizar el escenario fuera del Congreso, pero en contacto con la Casa Rosada, el presidente de la cámara de Diputados, Emilio Monzó, decidió continuar con la discusión. A la medianoche, y ante las escenas de los cacerolazos, la massista Graciela Camaño propuso sin éxito que el proyecto vuelva a comisiones para que sea modificado.
Tres semanas pasaron desde la aprobación del proyecto en el Senado. 43 votos positivos recibió la reforma en aquella oportunidad, con el respaldo clave de Miguel Angel Pichetto y su bloque Justicialista. Pero el debate previsional fue tomando particular temperatura en los días siguientes, y se sintió el pasado martes cuando el oficialismo comenzó a debatir el proyecto en comisión ante la visita de decenas de jubilados y gremialistas que provocaron incidentes en el debate del plenario. Ante ese escenario, el Gobierno aceleró el tratamiento e intentó aprobar el proyecto el último jueves. Un respaldo poco contundente en el recinto y una fuerte actuación de la Gendarmería fuera del Congreso obligaron al oficialismo a cancelar la sesión, que finalmente se retomó ayer.
Se espera ahora que el presidente Mauricio Macri decrete el bono que compense la perdida que los jubilados puedan llegar a tener cuando se realice, en marzo, la primera actualización del nuevo sistema. La sesión continuará a las 17 para debatir la reforma tributaria.
