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La política y los mercados

El 2018 aparece favorable para el mundo de los negocios y la valorización de los activos locales

28 diciembre de 2017

Por Juan Radonjic

A la hora de incursionar en los mercados accionarios desarrollados, los inversores observaban el escenario económico general,  la rentabilidad esperada de las empresas y  los detalles de sus balances mientras que, en los mercados emergentes, se tenían más en cuenta las urnas que el Ebitda porque, para operar en ellos, lo que había que tener en cuenta era el riesgo político y la posibilidad de que se modifiquen drásticamente las reglas de juego.

Algo de eso cambió.  En los últimos tiempos, distintos hechos políticos en los países avanzados también tuvieron fuerte impacto en los mercados.  Así ocurrió con el Brexit, con la preocupación que generó a comienzos de 2017 la posibilidad de que los candidatos populistas tuvieran éxito en las elecciones europeas  o, más recientemente, con el intento separatista de Cataluña. En alguna medida,  algunos mercados desarrollados comenzaron a parecerse a los emergentes.

En este contexto, el  mercado argentino tiene un escenario positivo por delante. Tanto por los datos económicos como por los políticos.

Desde el punto de vista de los números, se proyecta un crecimiento económico en torno al 3% en 2018. Hay, además, entre US$ 25.000 millones y US$ 35.000 millones remanente del blanqueo que aún no fueron invertidos y en el segundo trimestre de 2018 el país sería calificado como mercado emergente por MSCI, movimiento que le daría un impulso adicional. Tampoco se vislumbran en el escenario  internacional hechos disruptivos que puedan alterar la situación.

Pero lo más importante  es que Argentina ha reducido significativamente el riesgo político y la posibilidad de alteraciones bruscas en las reglas de juego.

En el año que está por iniciarse no habrá elecciones  y la incertidumbre de cara a 2019 se ha moderado porque los oficialismos corren con ventaja en todos los niveles y la continuidad de Mauricio Macri hasta 2023 es el escenario  más probable. Por otra parte, la filosofía del Gobierno es no  modificar las reglas de juego pero, más allá de ese rasgo,  lo concreto es que sobre fin de año se han sancionado una serie de leyes relevantes en materia tributaria y que atañen a la relación entre la Nación  y las provincias. Los temas pendientes de tratamiento en el Congreso, salvo excepciones, tendrán un impacto relativo en la economía y sólo avanzarán aquellos que puedan tener un impacto favorable en la inversión, como el blanqueo laboral y el financiamiento productivo.

Sólo la posibilidad de conflictos gremiales en la primera parte del año, en el marco de las paritarias, podría modificar un escenario que en 2018 aparece favorable para el mundo de los negocios y la valorización de los activos locales.

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