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Un fondo estabilizador para moderar el (costoso) péndulo económico local

Lo propone Silvana Tenreyro, una de las mejores economistas que tiene Argentina, en un nuevo e interesante libro

22 diciembre de 2017

Silvana Tenreyro es una de las mejores economistas que tiene Argentina y no casualmente fue designada, hace algunos meses, como miembro externo del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra. Por ende, cuando habla (o escribe) sobre economía es un deber escucharla. Y más si se trata de Argentina. Por ejemplo, en el nuevo libro “100 política para la Argentina del 2030”, que acaba de salir bajo el liderazgo de Eduardo Levy Yeyati.

Allí, Tenreyro propone crear un fondo de estabilización. Es una idea, ciertamente, que ya se discutió en el pasado (nunca se avanzó, claro), pero cuyo reclamo sigue siendo muy válido.

“La economía argentina es altamente sensible a los movimientos en los precios de productos primarios”, dice Tenreyro. “Su ciclo económico está determinado en gran parte por estos movimientos (?)

Las fluctuaciones económicas pueden tener altos costos para la sociedad: entre otros, generan variaciones en el nivel de consumo y desempleo y contribuyen a un clima de incertidumbre que en general se asocia a bajos niveles de inversión en capital físico y humano, con todas sus consecuencias”, enumera.

“Las fluctuaciones económicas en Argentina también han tenido re- percusiones para la estabilidad política e institucional del país, algunas de las cuales pueden remontarse a fluctuaciones en los precios de productos primarios. Fracasos electorales, como así también golpes de Estado o intentos de golpe de Estado coincidieron en muchos casos con caídas previas en los precios de productos primarios”, agrega.

¿Cómo estabilizar esos ciclos, tan recurrentes, y con finales tan costosos para el país? “En un panorama de crisis recurrentes con alto costo económico e institucional, mi propuesta es establecer un fondo de estabilización nacional que dependa de los precios mundiales de productos primarios para mitigar la volatilidad del ciclo”, dice Tenreyro. “El fondo seguiría un modelo similar al que usan otros países en el mundo (dentro de Latinoamérica, el ejemplo a seguir es Chile, que cuenta con un fondo de estabilización juzgado exitoso)”, explica. Con retenciones El objetivo del fondo es dar estabilidad a la demanda agregada a través de la estabilización del gasto público y la disponibilidad de crédito. Y, además, estaría financiado por superávits fiscales provenientes de retenciones a las exportaciones de productos primarios. La implementación, idealmente, estaría a cargo de una unidad autónoma del Ministerio de Economía o, alternativamente por un comité independiente del BCRA, dado que ambos ya cuentan con el capital humano y una infraestructura de análisis que podría utilizarse también para el fondo de estabilización.

“Dicha unidad o comité tendría una meta (el tamaño del fon do) y fijaría una regla fiscal contracíclica contingente, basada en los precios de productos primarios. El fondo sería invertido mayormente en activos líquidos, como instrumentos de deudas de países desarrollados”, explica, sobre su funcionamiento.

A la vez, como dependerá de precios mundiales de productos primarios que se determinan en el mercado externo, el margen para manipulación estadística con fines políticos es muy limitado. “La supervisión del fondo podría estar a cargo del Congreso o una comisión de profesionales que los informe”, añade.

El fondo de estabilización requeriría cuatro características o condiciones esenciales.

Una de esas características es la liquidez, dado que el objetivo es estabilizar la demanda en forma rápida y oportuna en respuesta a cambios en precios de productos primarios.

Otra característica o condición fundamental es la independencia del proceso político y electoral por parte de la autoridad a cargo del fondo: es fundamental que la autoridad fiscal no esté influenciada por el proceso electoral y sólo se aboque a la estabilización del ciclo.

La tercera característica esencial es la transparencia en la ejecución: las reglas e información sobre los ingresos y egresos del fondo deberían formar parte de las cuentas públicas con información en tiempo real.

La cuarta característica es la responsabilidad o “accountability”: la autoridad a cargo del fondo debería ser responsable de justificar sus acciones frente a un ente controlador.

“Argentina necesita para su desarrollo de mediano y largo plazo una apertura decidida al comercio internacional. Pero no puede seguir totalmente expuesta a las fluctuaciones de los precios de productos primarios que están inexorablemente unidas a fluctuaciones en el crédito externo e interno. La política monetaria como instrumento estabilizador tiene límites y necesita ser complementada con una política fiscal con una visión de largo plazo, independiente del proceso electoral. Dado el buen funcionamiento de los fondos soberanos de estabilización en países comparables (Chile, Perú, Australia, Nueva Zelanda y varios estados de Estados Unidos, entre otros, ofrecen experiencias positivas), particularmente en la última crisis financiera mundial, un fondo de estabilización nacional es una propuesta atractiva para mitigar la inestabilidad económica y política de Argentina”, resume Tenreyro. ¿Estará a la altura la dirigencia?

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