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Contexto financiero sigue “en zona de confort”

Más allá del deterioro (leve) de noviembre, las condiciones financieras, según el informe mensual de Econviews y el IAEF, siguen siendo muy positivas

12 diciembre de 2017

Tras conocerse los resultados electorales de fines de octubre, las condiciones financieras de la economía argentina tuvieron durante noviembre un muy tenue deterioro, explicado por un retroceso en las condiciones locales, lo que sugiere que ya tenían asimilado un resultado favorable para Cambiemos, sobre todo tras conocerse el resultado de las PASO en agosto pasado. Así, en el mes de noviembre el Indice de Conficiones Financieras (ICF), que realiza mensualmente Econviews para el IAEF, se ubicó en 61,1 puntos, retrocediendo 1,5 puntos respecto al mes pasado, explicado por un deterioro de 4,3 puntos en las condiciones locales mientras las externas tuvieron un avance de 2,8 puntos.

Las condiciones locales, que permanecen en zona de confort desde febrero del 2016, alcanzaron 24,5 puntos en noviembre. El deterioro se explicó especialmente por una nueva caída en la liquidez bancaria de largo plazo, a partir del veloz crecimiento de los créditos privados, en un entorno donde los depósitos crecen mucho más despacio. La liquidez de largo plazo alcanzó así el mayor estrés desde la salida del “cepo”, si bien durante ese periodo dicha variable estuvo algo más estresada. Hacia adelante, es posible que la rápida caída en la liquidez comience a acelerar la hasta ahora muy tenue suba en la tasa Badlar, sobre todo relativa a la tasa de Lebac. Si bien esto ayudaría a moderar la caída en la liquidez bancaria, dice el informe, “agregaría algo de estrés a las condiciones financieras en tanto la tasa Badlar sería más elevada”.

Las condiciones externas, que se encuentran en zona de confort desde diciembre de 2016, volvieron a mejorar y pudieron compensar (al menos parcialmente) la caída mensual en las condiciones locales. Así, tras caer 0,9 puntos mensuales en octubre y por segunda vez desde el triunfo de Donald J. Trump, las condiciones externas en noviembre lograron mejorar 2,8 puntos y así alcanzaron los 36,6 puntos, sobre todo por una mayor liquidez global y una menor volatilidad en monedas emergentes. Este avance no pudo ser mayor por una suba en la volatilidad de los commodities y una tenue alza en el riesgo global. Un aspecto destacable es el mayor aplanamiento de la curva soberana de EE.UU., que se viene registrando sobre todo desde marzo pasado, y que se intensificó en noviembre, “tras alcanzar el mayor aplanamiento en casi diez años, sobre todo por un aumento en las tasas más cortas, ante la inminente suba de tasas de la Fed prevista para los próximos días”, dice el informe. Ese aplanamiento, no obstante, también sugiere que el mercado de bonos sigue cauteloso respecto al futuro económico de EE.UU., a pesar de lo que muestran los indicadores de actividad y lo que refleja el mercado accionario, que sigue mostrando importantes avances.

Las condiciones financieras locales se ubican en zona de confort y en los máximos de los últimos diez años gracias al estado actual de la liquidez de corto plazo, la muy buena performance que muestra el índice Merval (en niveles récord), el riesgo país que ronda los 360 puntos básicos y se ubica muy por debajo de los últimos años, el nivel récord de depósitos privados en dólares en el sistema bancario, el históricamente bajo nivel de “riesgo legislación” y la inexistencia de una brecha cambiaria destacable, entre otros. “No obstante, las variables monetarias y nominales vinculadas a las todavía elevadas tasas de inflación impiden que las condiciones financieras locales sean aún mejores a las actuales, lo que denota cierto agotamiento en las posibles fuentes de mejoría en las condiciones locales de aquí en adelante hasta tanto la inflación no disminuya en forma significativa”, advierte el reporte.

En el cálculo interanual, las condiciones financieras muestran una mejora de 25 puntos, mucho menos que a lo largo del año pasado cuando la comparación era todavía contra el 2015 y el período de vigencia del “cepo”. Frente a noviembre de 2016, la mejora anual del ICF se explica enteramente gracias a las condiciones externas, que avanzaron 38,2 puntos el último año, sobre todo gracias a una menor volatilidad en monedas y acciones emergentes y una mayor confianza entre los bancos, entre otras. Por su parte, las condiciones locales muestran un deterioro de 13,2 puntos respecto a un año atrás, sobre todo por una caída en la liquidez de largo plazo y un menor dinamismo de los depósitos en dólares, retrocesos que no pudieron ser compensados por el fuerte aumento del Merval.

Las condiciones financieras se ubican en zona de confort desde abril de 2016, es decir, desde hace un año y medio. Unos meses más tarde comenzó la expansión de la actividad económica, que ya ha acumulado cinco trimestres consecutivos de crecimiento respecto al trimestre anterior (los últimos dos de 2016 y los primeros tres de 2017). “Es un resultado destacable porque la economía argentina siempre creció cuando las condiciones financieras permanecieron en zona de confort por un lapso prolongado”, dice el reporte.

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