Horacio Rodríguez Larreta pudo aprobar el último proyecto de Presupuesto sin mayoría propia, en un debate que se extendió por casi tres horas. Su iniciativa recogió 32 votos afirmativos, con un arco de apoyos previsible: los 28 que integran el bloque Unión-PRO, más los dos votos de la Coalición Cívica y otros dos de Confianza Pública, incluido el de Graciela Ocaña, electa diputada nacional bonaerense por Cambiemos. Los bloques de izquierda y los legisladores del Frente para la Victoria se opusieron (sumaron 13 en total), mientras que 14 legisladores del peronismo, el Frente Renovador y Evolución, el espacio de Martín Lousteau, se abstuvieron. Con la nueva composición, que asume en los próximos días, el jefe de Gobierno porteño tendrá números más holgados, con quórum propio y no estará obligado a negociar ni siquiera con aliados.
Entre los datos destacados del Presupuesto que se aprobó ayer figura el cálculo de gastos y recursos de $222.383 millones (con un aumento de 19,4% respecto del proyecto del 2017), una reducción del Impuesto sobre los Ingresos Brutos para las industrias y una suba promedio de 20% en la tasa de Alumbrado, Barrido y Limpieza. En cuanto a inversión en infraestructura, el monto previsto asciende a $39.377 millones e incluye obras como la finalización de la estación Facultad de Derecho de la línea H de subte y la urbanización del Barrio 31 de Retiro, como la apertura de calles, instalación de cloacas y desagües y la construcción del Ministerio de Educación.
“Es equilibrado y vuelve a destinar una mayoría de recursos a áreas sociales como educación, salud y desarrollo social”, sostuvo el presidente del bloque Vamos Juntos, Francisco Quintana, en defensa de la iniciativa oficial. Y agregó: “La Ciudad de Buenos Aires tiene que dar el ejemplo bajando la carga tributaria y permitiendo mejores condiciones de inversiones para el sector privado”.
Desde la oposición resonaron las críticas del legislador del FpV Javier Andrade, quien consideró que el texto aprobado “es un Presupuesto de la deuda y el ajuste porque el aumento tiene más que ver con los vencimientos de la deuda pública que con inversión para áreas sociales como vivienda, salud o educación”. Desde la bancada del Frente de Izquierda y los Trabajadores, el legislador del Partido Obrero, Marcelo Ramal, señaló que “el Presupuesto presentado subestima la inflación, sosteniendo la hipótesis del 12%, cuando la real, sólo por los tarifazos previstos, la superarán ampliamente”.
Sin votar en contra, los legisladores que responden a Lousteau también mostraron su crítica. “Desde nuestro punto de vista, el presupuesto es la más clara radiografía de las prioridades de un Gobierno y por eso no podemos dejar de marcar que las prioridades que consideramos que se deben perseguir para construir una ciudad moderna y de iguales deberían estar reflejadas en la Ley de Leyes”, se hizo escuchar Natalia Fidel
