Fortalecer a Cambiemos en el distrito más habitado de la provincia y el más adverso. Eso es lo que se propone la gobernadora María Eugenia Vidal con un “trabajo territorial” que contará con obras públicas, apoyo a dirigentes oficialistas locales y presencia regular en el partido. La intención de subdividir el partido todavía no encontró forma en un proyecto legislativo concreto, pero es otra de las alternativas a mediano plazo que se barajan en un contexto de entusiasmo con el resultado de las elecciones legislativas. Allí, Cambiemos superó la barrera de los 30 puntos, frente al 50,1% de los votos conseguidos por Unidad Ciudadana, y creció desde el 24,7% que había obtenido en las PASO (40 mil votos). Y tendrá en el Congreso dos diputados electos oriundos de ese distrito: Hernán Berisso, del PRO, y Héctor “Toty” Flores, de la CC-ARI.
Con la mirada puesta en 2019, Vidal intentará consolidar un “escenario polarizado” con la aspiración de mejorar la performance e, incluso, ganar en la “capital del kirchnerismo” administrado hoy por Verónica Magario, una de las intendentas más críticas de la gestión de la gobernadora. Durante la campaña electoral, Vidal había designado como “facilitador territorial” al ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro, que se perfila como candidato a intendente de La Matanza para el 2019.
